El cierre de los túneles de Julio Luengo se ha convertido en casi una costumbre en los últimos años en los que esta arteria vital para el tráfico de la ciudad ha sido clausurada por inundaciones de agua o tierra, y por caída de cascotes en una decena de veces desde 2008. Los accidentes de tráfico suman otros cuatro casos de cierre del subterráneo en el mismo periodo de tiempo.

La causa principal del cierre de los túneles son las inundaciones producidas tanto por agua de lluvia como por roturas de tuberías como la de ayer. En este último caso, el caudal de agua en pocos minutos fue tal que hizo insuficientes los esfuerzos de las dos enormes bombas de achique con que cuenta el subterráneo, con capacidad cada una para desalojar 20.000 litros de agua a la hora.

Precisamente el mal funcionamiento de estas bombas ocasionó muchas de las inundaciones del pasado, como ocurrió durante las lluvias de noviembre de 2009, que provocaron que se formara un auténtico lago en el interior del subterráneo. Esas lluvias arrastraron también enormes cantidades de tierra de las laderas de La Minilla que cuelgan sobre la boca norte del túnel, lo que obligó al Cabildo, responsable del mantenimiento, a poner en marcha obras de mejora en esta salida. Así se crearon surcos y se levantaron muretes que contuvieran las escorrentías de tierra y piedras de estas laderas. Sin embargo, un año después volvió a caer más tierra junto con lluvia, eso sí, en menor cantidad.

El incidente de ayer, rotura de una tubería de agua de abasto, no es el único que se ha registrado en Julio Luengo. En enero de 2008 unos operarios rompieron una tubería similar a la que ocasionó el incidente de ayer y atrapó a más de 50.000 conductores en un enorme atasco.

Los túneles de Julio Luengo se abrieron en 2003 y desde entonces su mantenimiento depende del Cabildo de Gran Canaria. Aunque señalados en su momento como una obra de infraestructura básica para la ciudad, con el paso de los años se han convertido en un problema más que en una solución por la complejidad del enlace de Torre Las Palmas.

El Cabildo tiene previsto iniciar el próximo año las obras para resolver los colapsos de tráfico que se producen en el nudo de Torre Las Palmas, un verdadero punto negro donde confluyen más de 100.000 vehículos al día.