El británico acusado de asesinar a su novia cuando estaban de vacaciones en Mogán (Gran Canaria), en julio de 2010, ha negado ante la Audiencia de Las Palmas haberla matado y ha dicho que la última vez que la vio fue el día 5 de julio, dos días antes de que su cadáver apareciera flotando en el mar.

El acusado, Christopher C., de 38 años, ha explicado al tribunal popular que lo juzga que el 5 de julio mantuvieron una discusión porque había visto a su novia, Sarah Marie Shields, de 23 años, besarse con un hombre llamado Jason, y que a partir de entonces ya no vio a su pareja, de cuya muerte se enteró en Inglaterra, el día 14 de ese mes.

El procesado ha negado conocer que su novia mantenía contacto a través del teléfono móvil con su antiguo novio, circunstancia que, según la fiscal, Beatriz Sánchez, supo cuando cenaba con ella el 6 de julio en el restaurante del complejo donde se hospedaban, y fue lo que determinó que la golpeara violentamente, la estrangulara en una playa cercana y arrojara su cuerpo desnudo al mar.

El acusado, que ha negado que esa noche cenara con ella, ha dicho también que no se quedó con el móvil de su novia, y que "jamás" lo utilizó, por lo que no puede explicar cómo tanto el suyo como el de Sarah Shields fueron detectados la madrugada del día 11 de julio a su llegada al aeropuerto Stanted, en Londres (Inglaterra) y en la zona próxima a su vivienda.

También ha negado al tribunal haber enviado mensajes a los amigos de Sarah Shield y a su familia después de que falleciera para hacerles creer que aún seguía con vida, como sostiene la acusación.

Sobre esta cuestión, ha indicado que si en ellos había contenidos muy personales sería porque ella se los habría contado a Jason, a quien conoció en el complejo el segundo día de vacaciones, aunque para algunos de esos mensajes, en los que se hacía alusión a cuestiones del acusado, ha señalado que él tampoco le puede dar explicación.

El acusado igualmente ha negado haber quemado los objetos personales de su novia en un descampado próximo al apartamento donde se hospedaban, y ha manifestado desconocer el motivo por el que fueron hallados restos de sangre de la fallecida en el colchón de la habitación porque "nunca le pegó".

El cuerpo de Sarah Shields fue hallado el día 7 de julio flotando en el agua, en una zona próxima al complejo turístico donde se alojaba la pareja, algo que tampoco despertó la curiosidad del acusado, pues cuando conoció la noticia una pareja de turistas le comentó que había llegado hasta allí arrastrado por la corriente, según ha expuesto el acusado.

La identidad de la víctima no se conoció hasta pasadas varias jornadas porque tenía la cara desfigurada debido a los puñetazos que recibió, que le fracturaron los huesos nasales.

La fiscal reclama una pena de 20 años de prisión por un delito de asesinato y una indemnización para los familiares de Sarah Shields de 100.000 euros, al igual que la acusación ejercida por el abogado del Estado, Carlos Mora.

La letrada del Instituto Canario de Igualdad, Begoña Santana, reclama una pena de 25 años de prisión, porque entiende que el acusado se ensañó con la víctima, para cuyos familiares reclama una indemnización de 200.000 euros.

El abogado de la defensa, Rafael Trujillo, pide la absolución de su cliente, y ha solicitado a los miembros del tribunal que "no le juzguen por decir mentiras sino por lo que haya hecho".

El juicio continuará mañana con la declaración de familiares de la víctima y testigos del complejo donde se alojó la pareja.