Iba uno solo en la moto, pero han sido condenados dos. Los agentes de la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria han identificado al ocupante de la motocicleta que fue cazada el pasado 30 de abril por el radar a 132 kilómetros por hora por la carretera del Norte, a la altura del Instituto de Cruz de Piedra. Aunque en un primer momento se presentó en las dependencias policiales un hombre que aseguró ser el conductor, este acabó admitiendo que la persona que verdaderamente viajaba a esa velocidad le ofreció 700 euros para que se hiciera pasar por él.

El incidente sucedió el mismo día en que la Policía Local anunció en su Twitter (@PoliciaLPA) que iba a publicar las zonas donde iba a controlar la velocidad. Durante la mañana, el automóvil policial fotografió una motocicleta que circulaba a 132 km/h en una zona de 40 en las proximidades de un instituto y un colegio. Ello conllevaba una sanción de seis puntos menos en el carné de conducir y 600 euros de multa por un delito contra la seguridad vial al superar en más de 60 km/h el límite permitido.

Dos días después, la propietaria del vehículo, D. Q. T., se presentó en la Jefatura de la Policía Local de forma voluntaria con el supuesto conductor de la motocicleta ese día, identificado como D. R. J. E. Sin embargo, los agentes de la Unidad de Radar y de la Unidad de Atestados comprobaron que la apariencia física y la corpulencia de esta persona no coincidían con la del conductor fotografiado, por lo que se le advirtió de la responsabilidad penal en la que puede incurrir en caso de no decir la verdad.

Esta persona acabó contradiciéndose y mostrándose nervioso, por lo que finalmente admitió no ser el conductor y, además, aseguró que el verdadero motorista era la pareja de la dueña del vehículo, que le ofreció 700 euros por presentarse como infractor, según indicaron fuentes municipales. Estas agregaron que esta misma persona aportó a los agentes los datos de esta persona.

Por ello, la policía citó a un hombre, F. J. S. M., que ese mismo día acudió a las dependencias de Miller Bajo con una prenda de ropa igual a la fotografiada por el radar. Durante el interrogatorio indicó que en ocasiones prestaba la motocicleta a amigos y que D. R. J. E. era un conocido del bar al que suele acudir, por lo que ese día le dejó el vehículo, el casco y los guantes.

Ante estos hechos, y después de que la propietaria del vehículo asegurara que desconocía los hechos y que el conductor habitual era su pareja, la policía imputó a los dos hombres sendos delitos contra la seguridad vial. Ambos han sido condenados por el Juzgado de Instrucción número 5 de Las Palmas de Gran Canaria.