La autopsia realizada a los dos buceadores Agonay Barreto y Kilian Sosa, que fallecieron el pasado día 7 de agosto cuando trabajaban en una piscifactoría en la costa de Castillo del Romeral, en el municipio de San Bartolomé de Tirajana, descarta que perdieran la vida por problemas con el oxígeno de las bombonas que portaban. También que estuviera motivado por algún fallo vinculado a la recarga de las mismas, según indicaron a este periódico fuentes próximas a la investigación. Estas dos hipótesis eran algunas de las que se barajan desde un principio al producirse las dos muerte al mismo tiempo.

Los investigadores trabajan para conocer exactamente por qué murieron los dos en el agua cuando realizaban el trabajo para el que estaban contratados. Eso sí, los investigadores hablan de que una empresa fantasma, es decir, que carecía de homologación para dar esas titulaciones, había certificado los títulos de actividades submarinas de Agonay Barreto y Kilian Sosa.

Por tanto, este último dato revela que Agonay y Kilian, al carecer de titulación, no estaban oficialmente acreditados para ejercer este trabajo profesional de buzos.

Desde un principio, distintas fuentes consultadas denunciaban que había intrusismo en este sector laboral, y se lamentaban de que algunas empresas no contrataban a buzos cualificados, al ser más caros, sino a jóvenes que sólo tenían práctica o titulación como submarinistas deportivos.

Todo esto habrá dado ya un vuelco a la investigación que realiza la Guardia Civil, y que tendrá ahora como objetivo saber por qué no subieron Agonay y Kilian cuando trabajaban a unos 500 metros de profundidad para la empresa Granja Marina Playa Vargas. Un compañero, fuera del agua, se percató ese trágico día de que no salían las burbujas habituales de los dos submarinistas.

Después, comprobaron que los dos jóvenes se encontraban en parada cardiorrespiratoria. Dos helicópteros del GES trasladaron a Agonay Barreto y Kilian Sosa al Aeroclub de Gran Canaria, donde el personal de Urgencias realizó las maniobras básicas de reanimación, aunque finalmente sólo pudieron confirmar las dos muertes.