La Policía Nacional detuvo a un varón de 58 años, sin antecedentes policiales, como presunto autor de varias estafas a un jubilado utilizando para ello sus supuestos conocimientos como vidente en Santa Cruz de Tenerife.

La investigación se inició tras la denuncia presentada en Comisaría por parte de un hombre de 65 años que manifestaba haber sido víctima de un engaño por parte de un vidente, el cual se apoderó de un total de 80.000 euros que había recibido procedente de una herencia a cambio de acabar con la mala suerte del ingenuo ciudadano.

Tras llevar a cabo las primeras investigaciones, se comprobó que el falso adivino, con el fin de acabar con la mala suerte de la víctima, requería en diversas consultas, en las que realizaba sacrificios de animales, que este le facilitase dinero para "bendecirlo".

La víctima, deseoso de tener buena suerte, le facilitaba el dinero al vidente empaquetado en varios sobres. Posteriormente, éste le devolvía los paquetes con papeles en su interior apoderándose del dinero. La víctima no se percató de ello, ya que el vidente le pedía que los guardara sin abrirlos, para no romper su "bendición".

Los investigadores establecieron un dispositivo en el aeropuerto de Tenerife Sur, localizando al supuesto vidente al desembarcar de un vuelo procedente de Francia con la intención de hacerse con una nueva cantidad de dinero de la víctima.

En el momento de su detención, los agentes s le intervinieron varios sobres con servilletas en su interior con los que iba a tratar de seguir engañando al sexagenario. Instruido el correspondiente atestado policial, el detenido fue puesto a disposición de la Autoridad Judicial competente, quien decretó su puesta en libertad con cargos. La investigación fue llevada a cabo por el Grupo de Delincuencia Económica de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Santa Cruz de Tenerife.

La Policía Nacional ha alertado en diversas ocasiones de este timo llevado a cabo, casi siempre, por ciudadanos africanos que se hacen llamar Mamadou. Advierten de que en ningún caso sus soluciones son milagrosas ni van a conseguir acabar con los infortunios de las víctimas, ni el mal de amores, ni la pérdida de un trabajo, ni tan siquiera recuperar la salud, ni la impotencia sexual, ni el mal de ojo, por mucho que se anuncien en los medios de comunicación.