Allá por diciembre de 1983, nos presentamos un grupo de personas jóvenes, ilusionadas y muy preparadas con las lecciones de Miranda Podadera, a unos exámenes para trabajar de auxiliares administrativos en la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) en Las Palmas de Gran Canaria. Después de las eliminatorias en cada examen, quedamos finalmente tres hombres y siete mujeres que empezamos a trabajar con entusiasmo y alegría.

Era nuestro jefe supremo en aquella época, Pedro Dolcet Masmitja [antiguo delegado territorial de la ONCE en Canarias]. Ya el nombre nos imponía, era rotundo, con fuerza, y era catalán, lo relacionábamos con seriedad y rigidez.

Pero no, nos encontramos con un señor de hablar suave, correcto, respetuoso con todos, con aspecto sonriente y apacible, hincha del español... Su preocupación por los trabajadores llegaba al plano personal, cuando se interesaba por nuestros problemas, familiares, económicos, y nos daba consejos de padre a los que algunos no hicimos caso y de lo que nos arrepentimos.

Lo disfrutamos, a mi entender, poco tiempo, se fue a disfrutar de una merecida jubilación, en junio de 1993, pero el recuerdo que nos dejó aún perdura. Lo despedimos con una gran fiesta, inolvidable, que le hicimos todos sus trabajadores. Ahora se ha ido definitivamente, ya no lo volveremos a ver paseando con sus hijas por la calle, siempre sonriente y siempre con una frase amable e, incluso, algún piropo.

Nos queda todo lo bueno que nos enseñó y que nos hizo valorar y sentir el trabajo como algo enriquecedor, agradable, gratificante y, sobre todo, fue uno más, no fue el jefe, fue el referente: llegaba el primero y se iba el último, mediaba en conflictos entre compañeros quitándole importancia al problema y sin imponer su mando, expresaba el valor de nuestro trabajo, te trataba de igual, te presentaba como compañera en los actos, justo, cercano, alegre...

Pedro Dolcet Masmitja, quien falleció el pasado día diez de enero, estará siempre con nosotros, fue nuestro referente y no lo olvidaremos. Gracias don Pedro.