Un vecino de Las Palmas de Gran Canaria resultó ayer herido con quemaduras en la cara y las manos al incendiarse su casa, en el barrio capitalino de Siete Palmas.

El herido, de 62 años, fue trasladado al hospital mientras los bomberos de Las Palmas de Gran Canaria apagaban un fuego imperante, con llamas que calcinaron por completo el salón y afectaron al exterior de las viviendas situadas en la segunda y la tercera planta del edificio. El incendio ocurrió en un primer piso de la calle Fondos del Segura, sobre las 12.00 horas.

Cuando llegaron los bomberos al inmueble, las llamas salían por la ventana y alcanzaban los pisos de arriba. A su paso destrozaron las persianas y reventaron los cristales, según contaron testigos presenciales. Eso complicó la extinción del fuego, aunque la rápida intervención evitó que se extendiera a otras partes del hogar o a las viviendas colindantes.

El origen de las llamas podría haberlo causado una manta eléctrica que la familia tenía enchufada en el salón, sobre el sillón, con la finalidad de combatir las bajadas de temperaturas que registran estos días las Islas, tras la llegada de una masa de aire muy frío a la Península. Esa, al menos, es la explicación de lo ocurrido que dio el herido a los bomberos y a la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria.

El afectado tenía quemaduras de segunda grado en las manos y en la nariz, pues se aproximó demasiado a las llamas al coger un extintor para tratar de sofocar el incendio. El persona del SUC, tras prestarle una primera asistencia y comprobar que las quemaduras no eran de gravedad, lo trasladó en una ambulancia de soporte vital básico al hospital.

En la casa había otros dos varones, todos familiares, pero no sufrieron daños porque abandonaron el domicilio al desatarse el fuego. El mayor decidió quedarse para tratar de controlar las llamas con el extintor.