Con el pueblo de Artenara envuelto en las neblinas y el frío que siempre lo rondan por estas fechas de Semana Santa, decimos adiós a la exquisita señora que en vida fue Rosalía Díaz Bertrana, conocida también por Antonia Rosa, quien falleció ayer en su domicilio capitalino, a los 84 años de edad, rodeada de su entrañable familia que en todo tiempo le ofreció su cálido cariño. Con Rosalía se nos va una pincelada del paisaje humano de Artenara al que estaba vinculada por ser miembro de una saga familiar que se remonta al último tercio del siglo XIX, cuando el cura don Pedro Bertrana, uno de los clérigos catalanes llegado a Canarias como consecuencias de las guerras carlistas, fue nombrado párroco de la Iglesia de San Matías.

El nuevo párroco pronto llamó a su hermano Segismundo quien se asentó en esta localidad cumbrera, casó con una viuda hacendada con quien procreó ocho hijos. El joven Segismundo, 'el catalán', se embarcó en la política local, dio acogida a Unamuno cuando en 1910 estuvo por estas tierras altas, y fue miembro del primer Cabildo que se constituyó en la Isla. Con esa ambición y altura de miras, se implantó en este pueblo rural un estilo de vida que hacía soñar con horizontes de progreso unidos a la formación y el estudio. El padre de Rosalía, José Díaz Hernández, casó con doña María Bertrana. Don José fue administrativo municipal, estudió la carrera de Derecho como alumno libre, y tras su asentamiento en la ciudad de Las Palmas, ejerció como profesor del instituto que ahora cumple cien años, fue designado alcalde de Las Palmas y presidente del Museo Canario. Y sus tres hijos abogados, combinaron la política con la profesión. Federico fue nombrado presidente del Cabildo de Gran Canaria; Ervigio destacó en la política provincial en la etapa del franquismo, y Ricardo un letrado distinguido en el foro canario. Por su parte, Manuel logró ser coronel de Caballería y Segismundo murió en un accidente tras la guerra civil. Marcos, que sobrevive a todos sus hermanos y ahora felizmente jubilado de dilatadas tareas docentes, ejerce su vocación de sacerdote Jesuita en Córdoba.

Rosalía, al igual que lo fuera su hermana Isabel Teresa, fue mujer hogareña y esencialmente cristiana. Casada con el médico José García González, quien ejerció en Tejeda y Tamaraceite, procreó tres hijos, Lucía, Manuel y Elena, a quienes ahora expresamos nuestro pesar. Su presencia en Artenara no pasaba desapercibida. En su primera juventud participaba en las comedias, cancioneros y obras de teatro que llenaban de expresión artística las temporadas de verano en Artenara. Devota de su Virgen de la Cuevita, fue nuestracercana vecina una mujer de sencillez en el trato, con modales delicados y que ahora se desprende para siempre de la rama de este árbol que constituyen tanto su dilatada familia como nuestro pequeño pueblo. Descanse en paz.