La calle Castrillo tuvo que ser cerrada este jueves por la tarde al paso tanto de coches como de peatones por la caída de cascotes desde la azotea de un edificio de viviendas.

Los bomberos de Las Palmas de Gran Canaria intervinieron para asegurar la cornisa desde la que se produjeron los desprendimientos. Los trozos del encofrado que cayeron a la calle eran de gran tamaño y provocaron daños a dos vehículos.

Aunque no hubo personas afectadas, se tomó la decisión de cerrar la calle hasta solucionar el problema.