Las autoridades niponas anunciaron ayer que no hallaron pistas sobre el paradero del niño de 7 años desaparecido desde el sábado en una zona boscosa y montañosa del norte de Japón, tras ser abandonado allí como castigo por sus padres. En la zona habitan osos salvajes. La temperatura mínima era de siete grados centígrados y ayer se esperaban lluvias.