Los gritos desesperados de Kala Brown, de 38 años, llevaron a los agentes hasta un contenedor en una granja de Carolina del Sur. Tras varias horas, lograron abrir las puertas y dentro hallaron a la víctima con grilletes en el cuello y encadenada como un animal a la pared. Estuvo dos meses secuestrada y violada casi a diario por Todd Kohlhepp, un asesino en serie.