El huracán Nate se debilitó ayer tras tocar tierra en el sur de Estados Unidos y ya es una depresión tropical que todavía genera fuertes lluvias en Luisiana, Alabama y Misisipi, aunque no daños materiales de consideración, tras ocasionar cerca de una treintena de muertos a su paso por Centroamérica durante las últimas jornadas

De acuerdo con el último boletín del Centro Nacional de Huracanes (CNH) de EEUU, Nate se desplaza sobre el territorio de Alabama con vientos máximos sostenidos de 55 kilómetros por hora, con ráfagas más altas, y proseguirá su trayectoria hacia el noreste, rumbo a Kentucky y Virginia Occidental. Nate tocó tierra en Estados Unidos la noche del sábado, en la desembocadura del río Misisipi, en el sur del país, como un huracán de categoría 1, con vientos máximos sostenidos de casi 140 kilómetros por hora.

Sin daños graves

La llegada a tierra del ciclón, que tras Harvey e Irma es el tercero que alcanza suelo estadounidense en la actual temporada ciclónica en el Atlántico, provocó inundaciones y supuso la pérdida de energía en varias partes de la costa de EEUU del Golfo de México, pero no representó un daño catastrófico como ocurrió con anteriores huracanes.

Más de 100.000 hogares y oficinas registraron cortes de energía por el paso de Nate, principalmente en Alabama y Misisipi, y algunas imágenes de cadenas de televisión locales mostraron imágenes de inundaciones como la ocurrida en un casino de Biloxi. Las autoridades estatales de Misisipi, Alabama y Luisiana no informaron de muertos ni daños graves en inmuebles e infraestructuras, por el paso de Nate, que se espera se disipe entre el lunes y martes.

Tras cruzar Biloxi el ciclón, el primero que toca tierra en Misisipi desde el mortal huracán Katrina en 2005, no se observó un daño devastador en el área, lo que alivió a las autoridades locales, aunque la carretera interestatal 90 se halla con escombros y ramas caídas. "Estábamos muy conscientes de que esto podría haber sido una tormenta mucho más grave. Se hablaba de que sería de categoría 2 con un aumento de la marea de 3,3 metros cuando llegase a tierra", señaló a la cadena CNN el portavoz del Ayuntamiento de Biloxi, Vincent Creel, aliviado del error de los pronósticos.

Aun cuando las peores previsiones respecto a este ciclón no se cumplieran, el presidente estadounidense, Donald Trump, firmó ayer una declaración de emergencia para Alabama y Florida, que se sumaron a la que firmó el sábado para Luisiana, y que permite la asistencia de agencias federales en esos estados. En Alabama, la isla Dauphin, en la costa del Golfo de México, informó de "significativas inundaciones".