La Cámara de Comercio holandesa acaba de reconocer, en enero de 2016, el pastafarismo como una religión. Para entender mejor el pastafarismo retrocedamos a 1952, a un artículo escrito por Bertrand Russell para la revista Illustrated, nunca publicado, y titulado Is There a God? En dicho artículo Russell razona: "Si yo sugiriera que entre la Tierra y Marte hay una tetera de porcelana que gira alrededor del Sol en una órbita elíptica, nadie podría refutar mi aseveración, siempre que me cuidara de añadir que la tetera es demasiado pequeña como para ser vista aun por los telescopios más potentes. Pero si yo dijera que, puesto que mi aseveración no puede ser refutada, dudar de ella es de una presuntuosidad intolerable por parte de la razón humana, se pensaría con toda razón que estoy diciendo tonterías. Sin embargo, si la existencia de tal tetera se afirmara en libros antiguos, si se enseñara cada domingo como verdad sagrada, si se instalara en la mente de los niños en la escuela, la vacilación para creer en su existencia sería un signo de excentricidad, y quien dudara merecería la atención de un psiquiatra en un tiempo ilustrado, o la del inquisidor en tiempos anteriores". A esta impoluta aseveración, Richard Dawkins, acuñador del término "meme", en su libro El capellán del diablo, aclara: "La razón por la que la religión organizada merece hostilidad abierta es que, a diferencia de la creencia en la tetera de Russell, la religión es poderosa, influyente, exenta de impuestos y se inculca sistemáticamente a niños que son demasiado pequeños como para defenderse. Nadie empuja a los niños a pasar sus años de formación memorizando libros locos sobre teteras. Los creyentes en las teteras no lapidan a los no creyentes en las teteras, a los apóstatas de las teteras y a los blasfemos de las teteras?". Pues en relación a esto se ha fundado la religión pastafari, en orden a oponerse a la difusión en las escuelas estadounidenses, a finales de 2005, del creacionismo cristiano, que niega el evolucionismo biológico. El profeta pastafari es Bobby Henderson, físico de la Universidad de Oregón, quien manifestó su fe en una deidad sobrenatural, semejante a una enorme bola de espagueti con albóndigas. Resulta crucial la defensa filosófica que hace del pastafarismo el profesor del departamento de filosofía de la UCLA, Brian D. Rabern, que ha presentado argumentos ontológicos y cosmológicos sobre la existencia del Monstruo del Espagueti Volador. Veamos uno: "Como no hay una explicación científica que pueda elucidar la causa del origen del universo, esta causa debe ser sobrenatural, o sea el universo fue creado por un dios. Por lo tanto, un dios existe. Los dioses siempre han creado a los humanos a su propia imagen y semejanza. El cerebro de los humanos parece una fuente de espaguetis. Conclusión: por lo tanto, el Monstruo del Espagueti Volador es el único Dios verdadero". En 2005 se ofertó un premio de 250.000 dólares a quien pudiera presentar pruebas empíricas que demostraran que Jesucristo no es hijo del Monstruo del Espagueti Volador, y también se ofertó otro premio de 250.000 dólares para quien pudiera demostrar que la teoría de la evolución es la única teoría que demuestra cómo surgieron el universo y la vida. Ambos premios quedaron desiertos. El cielo de los pastafaris tiene volcanes de cerveza, y una fábrica de bailarinas de striptease, pero en el infierno también hay volcanes de cerveza, aunque de cerveza caliente y sin gas, y las bailarinas tienen enfermedades venéreas. Los seguidores de esta religión cubren su cabeza con un colador de espaguetis, lo cual ha sido permitido en las fotos de las licencias de conducir de Austria, dado que también se permite el atuendo a personas de otras religiones (caso ganado judicialmente por Niko Adam, pastafari). Hay casos también ganados en Chequia. No obstante, los pastafaris ya están perseguidos en Polonia.