Julie es una historia de descubrimiento personal rodada en un decorado sin par, la ecoaldea de Matavenero. Filmar ahí implica un compromiso de lealtad con una comuna de libertarios que viven al margen del sistema. La película es también metáfora de unas minorías cada vez más pequeñas fortificadas contra un sistema que sigue aplastando la naturaleza. El filme es un soplo de aire puro entre películas diseñadas para triunfar.
El personaje principal de Julie huye de una gran capital a la más pequeña de las aldeas huyendo de lo que no le gusta para encontrar lo que aún no sabe. Escapándose de ella está buscándose a sí misma. En el camino puede que su corazón halle amores nuevos. "No puede ser que siempre me hagas lo mismo", le dice alguien que la quiere, "asume tus decisiones". El desasosiego que expresa el rostro de Julie desde el minuto uno es la duda del sentido de su existencia sobre la Tierra.
"Me gusta contar historias. De pequeña quería ser escritora, escribía novelas que dejaba a la mitad. Como no existen carreras para ser novelista, decidí estudiar Comunicación Audiovisual. Pero nunca pensé en ser cineasta. Fue en la carrera donde aprendí a amar el cine, que es, además, una herramienta perfecta de trasformación social". Hablamos el lunes pasado en la terraza del Hotel Santa Catalina. Julie es el primer largometraje de ficción de Alba González de Molina, pero no su primera película. Mientras estudiaba en la Complutense de Madrid, la directora había obtenido logros por su corto Juventud sin futuro, dirigido con Blanca Ordóñez, "una mezcla entre ensayo y documental que dio la vuelta al mundo porque lo hicimos junto antes del estallido del 15-M. Quedó tercero en el concurso de cortos exprés que todos los años organiza Comisiones Obreras".
¿Qué significó el 15-M para ti?
Un antes y un después. Sin él no seria la persona que soy ahora. Consiguió muchas cosas, entre ellas, unificar, generar grupo, conciencia y provocar un mismo sentimiento: el de que no estamos solos y el de que ¡sí se puede!
Aparcaste la carrera un año para lanzarte a la aventura de tu primer largo, el documental Stop. Rodando el cambio
Nos fuimos seis chicas desde Madrid hasta París en una furgoneta buscando espacios alternativos al sistema capitalista, formas de vida diferentes. Nos guiaba la teoría del decrecimiento, que plantea que el planeta es finito y producimos por encima de nuestras posibilidades. O de cómo es imposible seguir manteniendo estos niveles de producción y consumo. De repente, nos encontramos con que tenía gran repercusión en medios y festivales. Esa acogida fue una gran motivación para seguir en el cine. Es un documental muy fresco y esperanzador que me sigue emocionando. Está colgado en YouTube, cualquiera puede verlo.
