Con su segundo álbum este quinteto femenino norteamericano tiene todos los boletos para convertirse en los nuevos B-52's con un pie en los Talking Heads y otro en Television. Dicho de otro modo, una banda neoyorkina cien por cien. Y es que este Hit researt es un descubrimiento continuo en donde la banda de Brooklyn baña sus creaciones con la esencia de los creadores de Wild planet y de la new wave más arty. Un grupo desenfadado, pero con las cosas claras, con un fenomenal dominio instrumental como demuestra un título de la categoría de Hello trust no one o la encantadora I'm done que rememora a grupos de los ochenta como Darling Buds o The Primitives. Tras unos cinco primeros temas siempre optimistas y contagiosos, el grupo sorprende con una Let me go que parece un homenaje a Bowie pasado por el manto de un post-punk contemporáneo. Le sigue una maravilla titulada Mr So and So que es el tema que Blur debería haber compuesto tras su Partklife, mientras que Record breaker no desencajaría en el álbum 77 del grupo de David Byrne.
La que iba a convertirse en la mejor banda que haya surgido en Suecia gracias a ese pop con esencias psicodélicas de sus primeros discos, ha ido perdiendo posición por un pop algo más convencional. Aún así, en su séptimo trabajo, el grupo muestra ramalazos de sus mejores tiempos en temas pop deliciosos como What you talking about?, Hard sleep, Between the lines La composición que titula el disco recuerda los primeros tiempos de los Nuevos Románticos, mientras que In this town nos lleva al terreno de bandas algo más heterodoxa, pero de gran impacto en su momento, como The Fixx. Otras canciones tipo Nostalgic intellect se desvían peligrosamente por los terrenos del mainstream y en It's your call no esconden su deseo de penetrar en las radiofórmulas. Pero tienen el buen gusto de despedirse con una canción (Pretty dumb, pretty lane) que desprende atmósferas muchos menos complacientes a un paso del artrock. Un disco irregular, pero que conserva algo de la pasión indie y nuevaolera que definían a sus magníficos inicios como grupo.
Con tan solo tres trabajos a sus espaldas, Martin Craft ha demostrado ser uno de los compositores destinados a encabezar la nueva generación de crooners contemporáneos que tienen un pie en la música independiente, casi como si de un Beck de nuevo siglo se tratara. Pero el músico australiano rompe con todo lo que ha hecho hasta ahora para introducirse, de forma sorprendente, por la new age. Este Bloodmoon es un disco nocturno, emocional, reposado, que incluye una serie de piezas estructuradas alrededor del piano, con aditamentos casi anecdóticos como percusión o violines. Viviendo en Mojave, Craft descubrió que la soledad era ideal para crear, e instalado en el desierto de Joshua, este versátil artista se inspira en cualquier elemento de la naturaleza, ya sea el susurro del viento el ulular de un búho, para crear piezas como Chemical trails o Love is the devil que despistará a más de uno de sus fans. Un verdadero experimento que tiene como propósito principal averiguar cómo sería la canción pura compuesta en el aislamiento más absoluto.
