La fiesta de San Juan aparece envuelta en un ambiente propicio para sucesos difíciles de narrar, y menos de entender. Destaca el conocido como milagro de la mimbrera, aunque también hay variedades que incluyen dragos.
Desde Arure en La Gomera, los altos de Icod, La Laguna y también en Telde, los curanderos aseguraban que se podía sanar a los niños que padecían una hernia. Esta práctica supersticiosa consistía en hacer pasar al pequeño por una mimbrera. Tal y como lo relata Juan Santos en esta operación tiene que estar presente un Juan, un Salvador, una María, y una Isabel. La operación consistía en abrir por el centro uno de los gajos de mimbre y hacer pasar por la abertura al niño se dice: "¿Qué me traes María?, un niño quebrado. San Juan y la Virgen te lo vuelvan sano". Si el gajo, que es atado con una cuerda, logra soldar las partes separada, el niño curará; de lo contrario seguirá con su hernia hasta que se repita la operación otra mañana de San Juan. Domingo García Barbuzano también hace referencia a este milagro pero empleando un drago. La operación resulta distinta, en este caso se pone la planta del pie del menor sobre el tronco del árbol. Con un cuchillo se hace la silueta y después si este dibujo se seca, el mal del niño se curará. Todos estos ritos se recomendaban en la mañana del día 24.
