Desde las cinco de la tarde, la Casa de la Juventud tenía sus puertas abiertas y solo faltaban los últimos detalles para que los niños y jóvenes de Telde pudieran disfrutar de una tarde mágica llena de actividades. La silla de Papá Noel preparada, los banderines con juguetes colgados listos, las mesas con materiales para los talleres de manualidades esperando, y el puesto de depósito de los juguetes para la campaña solidaria reflejando ilusión y esperanza.
Poco a poco, los más pequeños del municipio fueron acercándose con sus padres llamados por los villancicos que resonaban por la zona y por Papá Noel, que estuvo recorriendo San Gregorio para avisar a los vecinos de lo que les esperaba en el antiguo Mercado Municipal. Los monitores de los talleres de manualidades comenzaron a sacar los primeros botes de cola y purpurina dorada y roja, así como pequeñas esferas de corcho que servirían para que cada niño creara su mágica bola para su árbol de Navidad. Y en la mesa de al lado, en la entrada del recinto, abetos navideños de cartulina aguardando a ser copiados por los que quisieran crear el suyo.
Dentro, el escenario descansaba preparado para acoger, más tarde, una actuación sublime de Arístides Moreno, que hizo de su música un motivo de disfrute para un público animado que empezó a respirar los primeros síntomas de la Navidad. Sobre todo los pequeños, que no dejaban de corretear y reír con sus caras y manos llenas de purpurina.
El momento de los jóvenes no tardó en llegar cuando comenzó la reproducción de cortometrajes, incluidos algunos realizados en la Casa de la Juventud. Y es que los integrantes de este grupo, encabezado por la Concejalía de Juventud, se esfuerza durante todo el año para fomentar la participación del colectivo entre 14 y 30 años en las actividades creadas para aprender tareas con la diversión siempre presente.
Sari González, jefa de sección del grupo, explicó que la iniciativa del acto es una manera de "fomentar la igualdad y la solidaridad de los jóvenes, incluyendo la participación de las familias". "En un día como hoy, el trabajo de todo el año se refleja, a través de los talleres en los que los voluntarios enseñan lo que han aprendido, como el taller de pizzas caseras que hoy también haremos", añadió animada.
"Tengo cinco años y vengo con mi padre a traer este camión con un tractor detrás para los niños que lo necesitan", contó Agustín Mota igual de animado y con toda la ilusión del mundo. Su padre, Bentejui Mota, habló de la necesidad de "contagiarle ser solidario y que mire a su alrededor, para conseguir una sociedad equilibrada, porque su papá tiene trabajo, pero no todas las familias tienen la misma suerte", mientras corría tras su pequeño partícipe de esta tarde sublime donde la magia hizo brillar el municipio.
