Bestia-rios, óleos y grabados es el título de la exposición que Juan Antonio Déniz Mesa presenta esta noche, a partir de las 20.00 horas, en la ermita de San Pedro Mártir, una sala que el artista "nacido y criado" en Santa Brígida considera una de las mejores, para no decir la mejor, de Canarias. Alaba su amplitud y el gran espacio expositor que ofrece y en sus paredes se cuelgan desde el lunes por la noche -estuvieron el personal de Cultura y él hasta las 23.00 horas- etapas de su creación pictórica que tiene como atractivo su homenaje al caballo, patente en casi todos sus lienzos.

Ingeniero técnico industrial, funcionario jubilado del Aeropuerto y segundo premio nacional en Dibujo Lineal, Déniz Mesa alega que su faceta artística surgió no solo por la facilidad que tiene para el dibujo, "sino también como una vía de escape, de una alternativa a un trabajo que no me llenaba". Así, fruto de esta inquietud vital, el pintor satuteño estudió Publicidad y Decoración en la Escuela Luján Pérez, donde conoció a Felo Monzón, con quien compartió exposición.

"En 1978 fui a la Escuela de Artes y Oficios hasta 1982 y cuando se estaba creando el Grupo 13 me propusieron integrarme y participé en diversas muestras colectivas", aunque también tiene en su currículo su pertenencia a Acpac, a la Academia Internacional de Lutéce, en París, y a la Academia Internacional El Marzocco, en la ciudad italiana de Florencia.

Juan Antonio Déniz reconoce que en esta exposición que inaugura hoy no mira tanto al gusto del espectador, sino a lo que observa en la Naturaleza. Define su obra como una pintura simbolista dentro de un figuratismo con tendencia al surrealismo, "y últimamente me atrae la abstracción, el escurrimiento de la pintura, la mancha".

La agricultura -es de familia de padrse agricultores- ha influido en su concepción pictórica y "el protagonismo que le doy al caballo en esta exposición nace de mis recuerdos de su labor para transportar la fruta por caminos de tierra".

Figuras de caballos, en escorzo, en manada, en solitario, en paisaje surrealistas y, cómo no, con orquídeas de acompañamiento, ya que Déniz es catalogado como el pintor de las orquídeas, una flor presente en sus creaciones.

No solo caballos podrá contemplar hoy el espectador que acuda a la inaguración, sino también obras en grabados, donde este animal, las orquídeas o los libros -la próxima temática que abordará y presentará en mayo de 2017 en el Club La Provincia- muestran la creatividad del ingeniero que abrazó un día la pintura para vivir con y para ella.