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La Virgen visita a sus feligreses

La imagen de Nuestra Señora de Fátima recorrerá y pernoctará 15 días en cada uno de los nueve barrios de la parroquia

La imagen de la Virgen de Fátima inicia esta noche en el barrio de La Montañeta los actos conmemorativos del centenario de la aparición de la Virgen a tres niños pastores en esa localidad portuguesa. Una primera parada de las nueve previstas durante este año con las que se pretende no solo realizar una labor pastoral, sino también de dinamización de los barrios por los que pasará y pernoctará 15 días en cada uno de ellos. Viajes a Fátima y a Ávila por el Año Teresiano, son otras de las actividades que se realizarán en este 2017, junto a la confección de una página web -parroquiadefatimatelde.com- para informar de las actividades.

Francisco Suárez Medina, sacerdote de la parroquia Nuestra Señora de Fátima de El Calero desde 1998, contempla esta efeméride como la oportunidad para conocer y adentrarse en la historia de esos nueve núcleos residenciales integrados en esta parroquia, con la evocación de sus orígenes, el de sus habitantes, colectivos sociales, culturales y deportivos.

Tampoco faltará el aspecto lúdico e incluso de dinamización económica durante esas dos semanas que permanezca la imagen de la Virgen -la antigua, no la actual que se encuentra en la iglesia- entre sus vecinos. "Se trata de acercar la parroquia a los barrios y no que éstos vengan a la parroquia, que es lo que hacen todas las semanas", explica Suárez Medina sobre la finalidad social de la efeméride.

La labor pastoral tiene, por supuesto, un importante papel en esta iniciativa, que todavía se está confeccionando y se irá ajustando a medida que se desarrolle, aprovechando cada una de las experiencias que surjan en las respectivas organizaciones en los barrios. Así, el rezo del rosario, misas y otras actividades relacionadas con la actividad eclesiástica estarán presentes con la llegada de la imagen de la Virgen de Fátima a cada sitio.

Integración y pertenencia

La idea de integración, de pertenencia a la parroquia, es otro de los retos de estas visitas, que se inician esta noche, en La Montañeta. "Se trata de animar a que cada barrio participe en la parroquia, ya que a veces se sienten alejados al estar relativamente lejos del centro de ésta, que está aquí, en El Calero Bajo, y se sienten desplazados y que tomen conciencia de que son parte de la parroquia", expone el sacerdote, quien anima a todos los feligreses a disfrutar de un centenario que tendrá sus actos centrales en la festividad de Nuestra Señora de Fátima, el próximo 13 de mayo.

Francisco Suárez, en plena tarea para concretar un programa que considera que "se hace camino al andar y ya veremos adonde nos llevará durante las celebraciones que realicemos". Así, La Montañeta, La Viña, El Calero Bajo, El Calero Alto, Callejón del Castillo, Las Bachilleras, Marpequeña Alta, Pedro Paso y Barranco del Negro recibirán a la talla de Nuestra Señora de Fátima en su periplo pastoral. Más de 8.000 vecinos integran la parroquia, fundada en 1969, de la que se desgajaron en el pasado las poblaciones de Las Huesas y Casas Nuevas para fundar sus feligresías. Los casos de Pedro Paso, Barranco del Negro son la cara opuesta a los anteriores, ya que prácticamente han sido anexionados por La Viña y Callejón del Castillo.

Evitar la disgregación

Precisamente esa tendencia a la disgregación es uno de los retos a superar por Suárez Medina, quien valora la gran actividad y dinamización que siempre ha tenido la parroquia, pero que tiende a la separación porque se sienten cada vez más autónomos. En su opinión, "eso no es malo, al contrario, pero ante de que tome cuerpo una nueva parroquia debe tener capacidad para hacerlo".

La visita de Nuestra Señora de Fátima, recuerda, no es nueva, "ya en los años 90 se realizaron con la antigua imagen, la misma que las hará en 2017, permaneciendo la que se venera en la actualidad en la iglesia". Permanece en un cuarto del templo hasta su traslado en procesión esta noche en su misión de llevar un mensaje de integración, de pertenencia a la parroquia y en estímulo para adentrarse en las entrañas de cada uno de los barrios, de sus gentes, su vida diaria, su historia y de paso, de incentivar su progreso y cohesión social.

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