Rosa Kraus es la primera de los cuatro hijos que tuvo el matrimonio formado por Rosa Blanca Ley y el tenor canario Alfredo Kraus. La hija del artista hace un breve repaso por su vida y recuerda con cariño cómo era su padre y las indiscutibles cualidades que tenía Kraus. "Como padre era muy tolerante y cariñoso, aunque por su carrera pasaba mucho tiempo fuera del hogar familiar y le echaba mucho de menos, como a mi madre, que le acompañaba siempre", relata Rosa en esta entrevista.

Durante este mes se conmemora el 10º aniversario del fallecimiento de Alfredo Kraus y Rosa, como presidenta de la Fundación que lleva el nombre de su padre, recorre distintos puntos de la geografía española para asistir a los homenajes, además de organizar los eventos artísticos y actividades de la fundación. Cabe destacar que durante este verano se sometieron a análisis todas las facetas del artista en un curso en La Granda, Asturias, donde Rosa Kraus participó y contó con la colaboración de los grandes del mundo de la ópera y la lírica. También en este mes se editó un CD con un libro titulado Una voz universal que produjo EMI España.

Rosa continúa con su labor como presidenta de la Fundación, que en breve cambiará de sede para ubicarse en Las Palmas de Gran Canaria. Además sus padres descansarán por fin en Gran Canaria.

Rosa Kraus seguirá siendo la embajadora del legado universal del cantante.

Tal vez no la recuerden demasiado en Canarias, pero su apellido la delata. ¿Cómo se lleva ser la hija de un genio como lo fue Alfredo Kraus?

Yo soy residente en Canarias, aunque trabajo en Madrid y viajo continuamente de un lado a otro, pero sigo totalmente vinculada a las Islas. Siempre ha sido muy especial ser hija de mi padre. Y ahora, que él ya no está, es un orgullo comprobar cómo se le sigue recordando en todo el mundo como artista y como ser humano. Yo contribuyo todo lo que puedo para que su legado siga siendo difundido.

Tengo una curiosidad. ¿De dónde proviene el apellido paterno?

Mi abuelo Otto Kraus era vienés.

¿Qué recuerdos permanecen en su memoria sobre el tenor como padre?

Son innumerables. Como padre era muy tolerante y cariñoso, aunque por su carrera pasaba mucho tiempo fuera del hogar familiar. Le echaba mucho de menos, como a mi madre, que le acompañaba siempre. Cuando eres pequeña, esta situación se lleva muy mal, pero con el paso del tiempo entiendes que para llegar a ser una figura como la que fue, no queda más remedio que hacer ese sacrificio. Es duro estar separada de los que más quieres. También por ser tu padre un cantante de ópera tu vida es diferente a las de tus amigos, sobre todo en España, y eso te marca. Vives unas experiencias muy enriquecedoras, conoces a artistas muy interesantes, tu vida está llena de música constantemente y viajas mucho, lo que te da una dimensión diferente de las cosas. Para mí verle actuar y tener tanto éxito en cada una de sus actuaciones era una satisfacción muy grande y como hija me llenaba de orgullo.

¿Qué aspectos le inculcó su padre para que usted se dedicara al mundo de la música?

Desde que nací mi casa ha sido un lugar de encuentro con la música y con los músicos. El oído se educa casi solo. Es algo natural y cotidiano. A mí me encantaba el ballet y lo estuve practicando hasta bastante mayor. He visto desde niña la manera en que mi padre enfocó su carrera: profesionalidad, seriedad, disciplina y entrega absoluta para lograr la máxima perfección en el resultado artístico. Mi padre era como un científico investigando el instrumento, su voz, para sacarle el máximo rendimiento y en cada época de su vida, según la edad, se supo adaptar a las posibilidades de las que disponía. Esa actitud era muy inteligente por su parte e hizo que tuviera una carrera muy larga. Su ejemplo ha sido mi motivación para seguir vinculada al mundo de la música.

En septiembre de 1997 fallece Rosa, su madre, y Alfredo nunca superó la muerte de su esposa. Pero tuvo la valentía de reaparecer en público para asomarse sobre los nueve sobreagudos de La hija del regimiento. ¿ Estuvo al lado de su padre apoyándolo en esos momentos de flaqueza para volver a subirse a un escenario?

Por supuesto, toda la familia le apoyamos y animamos para que siguiera con su carrera y así encontrar un estímulo en su vida para seguir adelante, pero desgraciadamente la depresión que le causó la pérdida de mi madre hizo que enfermara gravemente.

Usted es la presidenta de la Fundación Internacional Alfredo Kraus. ¿Qué funciones desempeña en esta organización?

Soy la presidenta y me encargo de organizar todos los eventos artísticos y actividades de la Fundación y de su funcionamiento.

Si recorremos toda la geografía española existen varios bustos del tenor. Además, hay dos estatuas de su padre, una en Las Palmas de Gran Canaria y otra en Almería, la primera escultura en toda la Península. ¿Cómo se siente la familia al constatar que siguen vivas la imagen y la música de Alfredo Kraus?

Pues naturalmente es un orgullo y una gran satisfacción ver todas estas muestras de admiración y cariño. Mi padre ya es un personaje para la historia, pero ¡una historia viva!

Con motivo del décimo aniversario del fallecimiento del artista se sometieron a análisis todas sus facetas como artista en un curso de La Granda, donde usted participó. ¿Cómo ha sido la experiencia de realizar unas jornadas sobre la técnica del artista canario?

Para mí ha sido una experiencia maravillosa y enriquecedora. La he vivido con una gran emoción, muchos recuerdos y eruditos del canto y la voz que hablaban de mi padre todavía con emoción y gran admiración. Todos le habían escuchado en vivo y no podían olvidar sus actuaciones. Fue muy interesante desde el punto de vista educativo, pues como ya digo eran grandes maestros de la ópera y voces líricas. Quiero aprovechar está ocasión para agradecer públicamente a todos los participantes de este curso, especialmente al presidente de la Fundación Escuela Asturiana de Estudios Hispánicos, Teodoro López Cuesta, y a Carlos González Abeledo, presidente de la Asociación Lírica Asturiana Alfredo Kraus, por esta magnífica iniciativa y por reunir tan insigne cartel de eruditos. ¿Qué mejor homenaje que analizar, revisar y difundir la figura de mi padre? Trabajaré a través de la Fundación para incentivar y apoyar iniciativas como ésta. Me encantaría tener el apoyo de las universidades canarias y dar a conocer la figura de mi padre a los estudiantes y contar con profesionales de la talla de los que participaron en La Granda.

¿Ha sido una apuesta familiar el realizar una recopilación de las mejores obras de Alfredo Kraus?

La verdad es que ha sido iniciativa de EMI España, pero nos encanta la idea. También me gustaría que se reeditaran algunos discos que casi no se encuentran ya en el mercado.

¿Se siente satisfecha la familia de cómo se está tratando la figura de su padre después de su fallecimiento?

En general sí, aunque siempre se puede hacer mejor, por ejemplo a nivel oficial y me refiero en la Península, pues sinceramente no vemos casi ninguna iniciativa y creo que un país no debería olvidar a las grandes figuras que han paseado el nombre de España por todo el mundo.

En la actualidad usted se dedica, entre otras cosas, a la representación de artistas. ¿Qué opinión le merece la situación actual de la música en Europa en estos momentos?

Estamos viviendo una crisis general económica y eso repercute negativamente en todo. Mi opinión personal es que la música es arte y siempre los que nos dedicamos a esto deberíamos defender la pureza del arte frente a la manipulación del mercado. Hay que tener cuidado de no bajar la calidad frente a la cantidad, eso es primordial, y sobre todo el respeto a los autores y a sus partituras. Es muy importante educar al público desde muy joven para que sepa exigir y desde luego disfrutar. Y creo que el sistema educativo de este país debería apoyar más las asignaturas artísticas para dar salida a los jóvenes en disciplinas como música, canto y danza. Tenemos muchos teatros y auditorios, pero tiene que haber contenido y escuelas que formen y den títulos de cara a la vida profesional futura. Yo soy de las que apoyan una presencia más activa en la cultura de las entidades privadas, actividad que el Estado no puede cubrir toda la demanda. Creo firmemente que las crisis se pueden combatir con una cultura de mayor calidad.

¿Cuáles son sus proyectos de trabajo para lo que queda de año?

Seguir con las actividades de mi agencia artística, conciertos, actuaciones y promoción de mis representados en España, Suramérica, EE UU y Europa, y por supuesto, seguir con las actividades de la Fundación Internacional Alfredo Kraus. Es un año muy activo en cuanto a homenajes y espero poder asistir a todos.