Ideario para la eternidad, la única fórmula de morir en el frente de batalla. 3-5-2, tres dígitos tatuados a fuego en el corazón de los gladiadores amarillos. Paco Herrera, tras el 'partidillo' de ayer, en el Municipal de San Fernando de Mapalomas, y según lo acontecido en las últimas sesiones de trabajo en el Sur, no tiene previsto modificar el sistema táctico de la UD. El sistema con tres centrales apunta al Coliseum de Getafe en la disputa de la próxima jornada liguera (domingo 18 de octubre, a las 17.15 horas y con las cámaras de Movistar Plus) como el único patrón válido.
El estratega no se baja de la burra y podría incluir, por séptima jornada -de los ocho en curso-, un dibujo completado por tres centrales, cinco centrocampistas (los laterales Simón y Dani Castellano como extremos) y dos mimbres ofensivos (3-5-2). Las últimas derrotas cosechadas en esta 'liga de las estrellas' ante el FC Barcelona (2-1) y Eibar (0-2) no inquietan a Herrera , que solo ante el Celta de Vigo (3ª jornada) optó por cambiar el sistema y salir de inicio con cuatro jugadores en la retaguardia, cuatro en la sala de máquinas y dos delanteros (Willian José y Sergio Araujo, que se vino al traste a los diez minutos por la roja de Javi Varas en el Municipal de Balaídos y que forzó la retirada del punta brasileño por el portero Raúl Lizoain).
A la espera de recuperar al central jefe Antolín Alcaraz y al centrocampista Hernán Santana, dos bajas de peso por sendas lesiones musculares en la última jornada ante el Eibar, y con un resultado catastrófico (0-2), Herrera insiste que el Santo Grial pasa por la serenidad y el rigor defensivo. Con tres centrales, la UD coqueteó con la gloria en el Calderón ante el Atlético de Simeone y tuteó al poderoso Barça en el Camp Nou. Una propuesta que bastó para liquidar al actual campeón de la Liga Europa como el Sevilla (2-0), en la única noche de éxito para los amarillos.
Las dos últimas derrotas consecutivas -ante Barça y Eibar-, y el hecho de figurar en la penúltima plaza, ha reactivo el debate del sistema de los tres centrales en la grada. Pero Herrera, por ahora, sigue firme a su concepción táctica -de jugar con tres atrás- y que ha dado la talla ante los gigantes de la tabla.
Retoque y debacle
Esta metamorfosis, del 4-3-3 al 3-5-2, se gestó en la semana previa al Calderón -1ª jornada de Liga, el pasado 22 de agosto-. Se prescindía de un jugador del centro del campo, de más posesión e incluso de ese registro diabólico que llevó a la UD al ascenso a Primera como el máximo realizador de plata.
Y la mutación no se ha traducido puntos. El viaje ha sido cruento pero parece el único factible. Mantener la filosofía táctica, a pesar de contar con 5 puntos de 21 en litigio, viene justificado por la nefasta respuesta del regreso al 4-4-2, como se pudo apreciar en Balaídos ante el Celta y en la última ante el Eibar.
Ante el conjunto celeste, Herrera apostó de inicio por Varas; Simón, Alcaraz, Bigas, Dani Castellano; Roque, Hernán, Culio, Viera; Willian José y Sergio Araujo. Y duró diez minutos, el torrente de fútbol celeste provocó un 2-0 en contra en solo 20 minutos, con la UD en inferioridad numérica.
Ante el Eibar de Mendilibar, en el minuto 58, Herrera retiró al lateral Dani Castellano y dio entrada a El Zhar. La UD pasaba a jugar con un 4-4-2, con Valerón como generador de juego y Willian José junto a Araujo en el frente ofensivo. Pero solo cuatro minutos después, de orquesta la revolución táctica, y el regreso a una línea de cuatro, como en el pasado curso 2014-15, marcó el cuadro vasco tras un tiro cruzado de Borja Bastón.
A espera de la sesiones del martes, miércoles, jueves y viernes (en Maspalomas), la UD de Herrera fulmina el debate. "Soy un camaleón, me adapto a las circunstancias", declaró el míster. Para el despertar ante el Getafe, el 3-5-2 es un dogma de fuego. El Padrenuestro.
