"Yo adivino el parpadeo de las luces que a lo lejos van marcando mi regreso". La letra de Volver, obra de Alfredo Le Pera e inmortalizado por la voz de Carlos Gardel, suena desde hace varias semanas en la cabeza de más de un integrante de la plantilla de la Unión Deportiva Las Palmas que en 1996, a las órdenes de Pacuco Rosales, certificó en el estadio Martínez Valero de Elche la vuelta del equipo amarillo a Segunda División. El motivo por el que, de fondo, en el subconsciente general, se susurra ese tango, es una celebración: el veinte aniversario de un ascenso que, después de que se regateara la desaparición de la entidad en los despachos del Cabildo en 1992 y tras cuatro temporadas en el purgatorio de la Segunda B, originó una explosión de alegría popular. La fiesta para conmemorar la efeméride, con actuaciones musicales y alguna sorpresa, tendrá lugar el 22 de junio de 2016, se consagrará en el Estadio Insular y a ella están invitados todos los héroes que la hicieron posible -los 29 futbolistas que formaron parte de aquel equipo, los entrenadores y el presidente- y la afición.
"Y aunque no quise el regreso siempre se vuelve al primer amor" prosiguen los versos de Volver, una canción que -en buena medida- encaja con los recuerdos de aquella noche de verano de 1996. Horas después de que la selección española cayera, tras una tanda de penaltis, ante Inglaterra en los cuartos de final de la Eurocopa de 1996, Las Palmas saltó al terreno de juego del estadio Martínez Valero con una misión concreta: ganar y hacer feliz a los aficionados amarillos que esperaban desde hacía cuatro años esa victoria.
Goleada al Elche CF
"Bajo el burlón mirar de las estrellas que con indiferencia hoy me ven volver", como apuntaba Le Pera en Volver, aquella noche, en la Comunidad Valenciana, la Unión Deportiva se presentó lanzada y con una hoja de servicios inmaculada: invicta en la liguilla de ascenso tras arrollar, en las primeras cuatro jornadas de la competición, a Nàstic de Tarragona (0-2 en el Nou Estadi; 3-0 en el Insular) y Cultural Leonesa (2-0 en la Isla; 0-3 en tierras castellanas). Con esos números, un triunfo ante el Elche CF certificaría el regreso del equipo amarillo al fútbol profesional y, tras cuatro años de sinsabores, Las Palmas no falló; goleó a su rival (0-4, Orlando, Eloy (2) y Chili) y desató la fiesta en la Isla. Cerca de 200.000 personas se lanzaron a las calles para celebrar. Unas fueron hasta el Aeropuerto de Gran Canaria para esperar al equipo. El resto se congregó en la playa de Las Canteras, donde un concierto de las Fiestas de San Juan se convirtió en el punto de encuentro de la familia amarilla, que recibió a con honores a sus ídolos cerca del amanecer.
"Sentir que es un soplo la vida que veinte años no es nada" conmemora el estribillo de Volver. Y el 22 de junio de 2016, en el Estadio Insular, bajo la organización de Believe Eventos, con el impulso de la concejalía de Deportes del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y en medio de una fiesta, la plantilla que logró el ascenso en 1996 se volverá a reunir, junto a Adrián Déniz -presidente del club entonces-, Pacuco Rosales y Juan Manuel Rodríguez -cuerpo técnico- y los 1.500 aficionados que llenan el aforo del recinto, para celebrar justo que eso: que veinte años no es nada y que se puede "vivir con el alma aferrada a un dulce recuerdo que lloro otra vez".
