En la larga existencia del fútbol hay casos de clubes amigados y también otros enemistados. El caso que nos ocupa está entre los primeros. Históricamente, la amistad entre la UD Las Palmas y el Atlético de Madrid ha sido bastante destacada, aunque hemos de remontarnos mucho más atrás de los 66 años de vida de la entidad de Pío XII, porque el club madrileño es un club centenario (112 años para ser exactos) y, por tanto, su primer contacto es justamente con el fútbol canario.
Así, tenemos que, a lo largo de su existencia, el Atlético de Madrid, que realmente nació como Athletic Club de Madrid al ser fundado en abril de 1903 por un grupo de estudiantes vascos de la Escuela Superior de Minas, residentes en la capital de España, y cuyo primer presidente fue Enrique Allende Allende, ha tenido en sus filas a un buen número de jugadores nacidos en el Archipiélago Canario.
Un Atlético de Madrid que, además, nació con otra vestimenta bien diferente a la que utiliza ahora. En concreto, el primer equipaje utilizado por el club madrileño, que jugó su primer partido oficial en el campo de El Retiro entre componentes de su sociedad, fue azul y blanco en dos grandes franjas, con pantalón negro o blanco. La equipación de camiseta rojiblanca comenzó a utilizarla el Atlético de Madrid el 22 de enero de 1911, fecha en la que asimismo comenzó a denominársele como el conjunto colchonero, porque esos colores rojiblancos a rayas eran los que se utilizaban en las fundas de los colchones que se vendían en la época.
La delantera de seda
La historia del club colchonero ha pasado por muchas vicisitudes desde aquel primer partido en el campo de El Retiro, a los que siguieron los disputados en O'Donnell, el Metropolitano o el viejo Manzanares -inaugurado el 2 de octubre de 1966-, que posteriormente sería reinaugurado como estadio Vicente Calderón el 22 de mayo de 1972. Y de entre esas vicisitudes pasadas, hay un hecho que los aficionados rojiblancos no olvidan ni olvidarán jamás.
Desde los primeros años de su existencia, el conjunto colchonero contó con presencia de jugadores llegados desde las Islas Canarias en sus filas, unos con mayor suerte que otros. Pero hubo dos de ellos que siempre estarán en la memoria de los seguidores colchoneros: Paco Campos y Alfonso Silva, por su condición de componentes de la denominada delantera de seda, que completaban Juncosa, Vidal y Escudero.
Paco Campos llegó al cuadro de la capital del Reino en los albores de la temporada 1939-40, con el regreso de la actividad futbolística al suelo patrio tras el conflicto civil sufrido desde 1936 y cuando los rojiblancos vivían otra de sus vicisitudes lacerantes, cual fue la del cambio de nombre a Atlético Aviación, tras fusionarse con el equipo de la sección deportiva del Ejército del Aire, el Aviación Nacional. Campos se iría, al Sporting de Gijón, justamente al año siguiente de la gran temporada de la delantera de seda, después de completar 193 partidos (ligueros, sin contar los de otras competiciones) y anotar 120 goles. Logró dos Ligas y una Copa de Campeones con el Atlético.
El segundo canario componente de la delantera de seda era un jovencísimo Alfonso Silva, que había arribado al Atlético de Madrid en los inicios de la campaña 1946-47 con apenas veinte años. Un Alfonso Silva, ídolo y figura de los colchoneros, que dejó el club tras vestir su camiseta en 154 partidos ligueros, con 34 goles, durante las once temporadas que permaneció bajo la disciplina del club de la ribera del Manzanares antes de militar en la UD, en la que disputó 36 partidos y anotó 11 goles en las tres campañas en las que vistió de amarillo.
En esa época también formaba parte del cuadro colchonero Manuel Santana Farías, que formó en muchos de esos partidos junto a Silva y Campos. Y en la campaña 48-49 se incorporaba a las filas atléticas, junto a dos jugadores del renombre de Marcel Domingo y Larbi Ben Barek, otro joven jugador grancanario, con apenas 21 años: Rafael Mujica, un genial defensor que, además, aquella primera temporada acabaría como segundo máximo goleador del equipo con 11 tantos anotados.
'El Palmero'
A la siguiente temporada, la 49-50, el cuadro colchonero incorporaba a sus filas a otra de las grandes figuras que ha tenido en su historia, el internacional sueco Nils Carlsson y, con él llegaron otros dos jugadores procedentes del Archipiélago que, asimismo, hicieron historia en el Atlético.
Uno de ellos fue Miguel González Pérez, conocido futbolísticamente con el sobrenombre de su isla de procedencia: Miguel El Palmero -quien ha sido el jugador canario que más veces defendió la camisola rojiblanca, al haberlo hecho en un total de 214 partidos ligueros en los que anotó 62 goles-, que fue ídolo colchonero y además también fue entrenador del equipo, al que dirigió en 35 partidos.
El otro fue el lanzaroteño José Hernández, conocido con el sobrenombre de Lobito negro, quien disputó 155 partidos de rojiblanco, anotando dos goles.
La fundación de la UD
Justamente por ese entonces se fundaba la UD Las Palmas, en agosto de 1949, y tras dos excelentes campañas logró un meteórico ascenso a Primera en 1951.
Comenzaba entonces la relación de amarillos y rojiblancos, porque no hay que olvidar que en su escudo fundacional, la entidad amarilla lleva dentro los escudos de los equipos que se fusionaron para crear la UD Las Palmas: RC Victoria, Marino CF, Gran Canaria, Arenas y un equipo que, a imagen de los rojiblancos, competía en la Isla con el nombre de Atlético, y cuyo escudo era una breve modificación del escudo del Atlético de Madrid.
A partir de ahí, ha habido trasvase de jugadores de un club a otro, tanto de nacidos en las islas como de otros que nacieron allende los mares, pero que desde entonces han vestido las dos camisetas que, como señalamos en los gráficos de estas mismas páginas -salvo error u omisión-, ahí quedan recogidos.
Desde Juan Carlos Valerón, que en la presente temporada sigue perteneciendo a la plantilla amarilla, hasta los ya citados Silva y Mujica, otros canarios que han vestido las dos camisolas son, por ejemplo, Juanito Rodríguez, Jorge Larena, Manolo Montes -fichó por el Atlético justo después de ser el portero titular de la UD Las Palmas la campaña del primer ascenso a Primera división-, Román Miranda, Julio Durán, Manolo Torres, Tacoronte, Sergio Marrero, Pantaleón I, Correa, José Padrón, Rosendo Hernández o Adrián Pollo.
De entre los no nacidos en las islas, podríamos destacar, entre otros, a Santiago Orgaz, conocido futbolísticamente como Verde, el uruguayo Eduardo Belza, el sevillano Luis García Tevenet, Ramón González, Luis Rusiñol o uno que ya es uno más de los canarios de Gran Canaria, por los años que lleva viviendo aquí: Antonio Collar Monterrubio, en la actualidad directivo del Real Club Náutico de Gran Canaria.
Los entrenadores
En el capítulo de entrenadores tenemos a tres que dirigieron en algún momento a ambos equipos: Marcel Domingo, Héctor Núñez y Carlos Sánchez Aguiar.
Asimismo, otros cuatro fueron entrenadores de la UD Las Palmas y jugaron en el Atlético de Madrid: el grancanario Jesús Navarro Mazzotti, Vicente Dauder -entrenador del tercer ascenso de los amarillos-, Heriberto Herrera y el actual técnico amarillo, Quique Setién. Además, Rosendo Hernández y Juanito jugaron en los dos equipos y entrenaron a la UD.
Finalmente, habría que hacer mención a un presidente atlético y su vinculación con Gran Canaria: Luis Juan Francisco Benítez de Lugo y Ascanio, X marqués de la Florida, que aunque nacido en Madrid tenía ascendencia canaria, y luego contrajo nupcias con María del Rosario Massieu y Fernández del Campo, III marquesa de Arucas. El marqués presidió el club rojiblanco entre los años 1952 y 1955.
