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UD Las Palmas El reportaje

La selectividad de Roque

El medio jugó entre los 15 y los 19 años en el Levante, donde llegó a entrenar durante una temporada y media con el primer equipo

Roque Mesa, con el filial del Levante. AMPARO SIMO/SUPERDEPORTE

De repente, hace diez años, varias jóvenes promesas del fútbol grancanario se marcharon a la cantera del Levante. Javi Álamo, ahora en el Girona, Ariday Cabrera, que llegó a jugar en Segunda con el Sabadell y actualmente milita en el Valencia Mestalla o Armiche Ortega, ahora en el Barakaldo y que llegó a debutar con la UD Las Palmas. Entre ellos se encontraba Roque Mesa, uno de los que más aguantó en la entidad granota. Estuvo cuatro temporadas, las tres de edad juvenil, en las que jugó siempre para el División de Honor, y la última en el conjunto filial y entrenando con el primer equipo.

Rozó las puertas del debut con el Levante, que en esa última temporada se encontraba en Segunda División, pero los problemas económicos del club provocaron un majo y limpio en la entidad. A él, pese a todo, le hubiera gustado seguir. Así que regresó a la Isla, donde jugó media temporada para el Schamann, otro medio curso para el Tenerife B y luego, entonces sí, con 21 años inició su carrera en la UD Las Palmas entrando en el filial.

Los piropos de Luis García

La experiencia en el Levante fue para él como pasar la selectividad. El máster llegó más tarde con su cesión al Atlético Baleares de Segunda División B, pero su primera etapa fuera de Gran Canaria fue en Valencia. Militaba entonces en la cantera del Telde, en edad cadete, y no se lo pensó. Era una propuesta muy atractiva que le podía acortar el camino hacia su sueño de convertirse en futbolista profesional. Vivió los dos primeros años en la residencia del club, en la Ciudad Deportiva de Buñol, a 40 kilómetros de la capital. Allí hacía su vida: dormía, estudiaba, entrenaba y jugaba. En su tercer año, entonces sí, se mudó a la ciudad, un proceso que le ayudó a madurar.

Siempre se sintió importante en el División de Honor. Le cuidaban y el trato fue exquisito con compañeros y entrenadores. Con 18 años, en su última temporada como juvenil, llegó su debut en el filial, que entonces competía en Segunda B. El entrenador que le dio la oportunidad de dar el salto fue Raúl Ruiz, técnico cántabro que posteriormente fue ayudante de Manolo Preciado y que curiosamente es amigo de Quique Setién.

Con el filial del Levante llegó a enfrentarse con el Espanyol B que entrenaba Joan 'Rubi', actual entrenador del primer equipo granota y con quien se reencontrará este lunes. Ya entonces había completado algún entrenamiento con el primer equipo y con 19 años dio otro salto en su carrera. Se integró de lleno en el filial del Levante, que había descendido a Tercera, pero se ejercitaba entre semana siempre con el primer equipo.

Al conjunto granota, recién descendido a Segunda División, lo entrenaba Luis García Plaza, ahora en Emiratos Árabes Unidos: "Estoy muy contento por él. Se merece tener estabilidad en Primera División", asegura el actual técnico del Baniyas. "Tenía mucha hambre cuando era muy joven. Destacaba por su calidad y desparpajo, recuerdo que no se achicaba ante nadie", continúa. "Era uno de los mejores jóvenes que había en el club, pero había muchos problemas económicos y por desgracia no sé qué ocurrió que se acabó marchando", remata el también extécnico del Getafe en Primera.

Se codeó Roque ese curso con jugadores de élite como Vicente Iborra, ahora en el Sevilla, o Javi Fuego, que milita en el Valencia. También coincidió con Pedro Vega, Rubiales -actual presidente de la AFE-, Rubén Suárez o Héctor Rodas. Recuerda el teldense que el vestuario era muy sano y que tenían mucho tacto con los jóvenes como él.

Este lunes pisará por primera vez el Ciudad de Valencia para jugar como profesional y, por suerte para la UD, lo hará con la camiseta amarilla. Ha entrenado allí en muchas ocasiones, pero nunca tuvo la oportunidad de disfrutar de un partido. Es una cuenta pendiente que tiene en su carrera. Y lo hará como pieza clave en el doble pivote de la UD, posición en la que había jugado toda su carrera, incluido en la cantera del Levante. Su pasado es granota. Su presente y su futuro, amarillo.

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