La sinopsis de una de las películas triunfadoras de los Oscars, narra una historia de superación en situaciones límites. En ella, se narra el intento por regresar a casa de un trampero norteamericano, que tras una emboscada queda malherido e inicia su lucha por vivir lleno de dificultades. Todo un fotograma épico. Es El Renacido, un filme que por fin elevó a los altares del cine a Leonardo DiCaprio, su protagonista, que se llevó una estatuilla bajo el brazo por su interpretación.
Esta actual UD Las Palmas está llena de jugadores que han vuelto a vivir, que han encontrado una segunda oportunidad en el segundo tramo de la temporada amarilla. Son hombres que no han encontrado nada de cara esta campaña. Una película que en la UD tiene varios coprotagonistas.
Hace justo una vuelta, Tana era un habitual de la grada. En Getafe, fue la última vez que el de San Cristóbal se quedó fuera de una convocatoria por una cuestión meramente técnica. La llegada de Quique Setién al banquillo de la UD Las Palmas le tenía preparada una reválida. En el primer partido del cántabro, el '24' sin minutos durante todo el año, asaltó la titularidad. Un lugar del que no ha salido desde aquel 25 de octubre de 2015. Lo otro es solo ya un mal recuerdo.
Ayer, Tana volvió a hacer un trabajo muy completo. Entre las líneas y espacios que dejaba Lacen y Álvaro Medrán, el mediapunta se movió a sus anchas. Recibe, toca, se desmarca y da ritmo a las jugadas. Algo que coronó con dos tantos. Un toque sutil en el área para pasarse el balón entre las piernas y dejarse el cuero colgando delante suyo, fue suficiente para convertir un pase de Viera en la asistencia perfecta. El disparo cruzado, acabó en el fondo de la portería. Para el segundo tiró de velocidad, algo en lo que precisamente no destaca, para culminar un gran pase de Momo. Por debajo de las piernas de Guaita y para dentro. Más allá de eso, Tana trabaja, se sacrifica y lucha. Algo esencial para poder sobrevivir en Primera tras sufrir mucho para llegar a ser profesional del fútbol.
Unión de esfuerzo
Si la capacidad de trabajo es uno de los elementos que han salvado a Tana, el mismo concepto se lo ha aplicado Momo. El de Las Torres dejó ayer la mejor versión posible de su juego. A su indudable técnica individual, ha sumado un plus de compromiso sin el balón a la hora de defender. Su tendencia en el curso pasado presagiaba un Momo más figurante que líder en los planos y diálogos. Ayer, se encargó de mostrar que, a este ritmo, su participación es eficiente para la UD. Tanto como la de David García. Después de la lesión de David Simón se auguraban tiempos complicados para el costado derecho. El capitán, a sus 34 años, dejó un partido impecable, sin problemas con Wanderson ni Álvaro Vázquez. Fijo en la plantilla desde los tiempos de la Segunda División B, esta temporada ha supuesto su salto a las mejores pantallas del fútbol español, de las que requieren una actuación casi perfecta en cada uno de los partidos.
Si el caso de Tana puede que sea el más llamativo, el de Willian José se acerca. El brasileño, siempre con la sombra de Borja Bastón, el punta del Eibar que quiso la UD este verano y no fichó por poco, es hoy imprescindible para el juego de Setién. Retiene el balón, desquicia a los centrales y ofrece una salida siempre, incrustado entre la zaga o llegando a recibir. Willian José ni olía el balón a principio del año, resignado al banquillo. Él suma seis goles; Tana, cinco. La estatuilla de la salvación para la UD se acerca con los renacidos en primer plano.
