A punto de cumplir 21 años, quiere sentirse feliz jugando al fútbol después de que esta temporada no contara con demasiadas oportunidades en su primer año como integrante de pleno derecho de la plantilla profesional del FC Barcelona, después de que en la campaña 2014-15 tuviera sus primeras apariciones, jugando doce partidos (siete de Liga, tres de Liga de Campeones y dos de Copa del Rey) y logrando cuatro goles. Así pues, también se sintió partícipe del segundo triplete en la historia del Barça.
Su sonora irrupción en la élite no pasó desapercibida, y le llovieron ofertas importantes. Pero decidió quedarse, sobre todo porque el club no podía fichar por la sanción de la FIFA. En la 2015-16, actuó en diez ocasiones en la competición liguera, cuatro en el torneo del KO y tres en la Champions, que no es moco de pavo teniendo en cuenta que en su posición, la de delantero, el FC Barcelona cuenta con tres estrellas del planeta fútbol mundial: Neymar, Messi y Luis Suárez.
El Barça disponía de una opción para prorrogar el contrato de Sandro durante una temporada más, que expiraba el 1 de mayo, pero finalmente no se hizo efectiva visto su rol en el equipo y así dejarlo salir en busca de nuevos retos. Así pues, el grancanario volará del nido, y lo hará después de haber cumplido uno de sus sueños de infancia: debutar con la elástica azulgrana en el Camp Nou.
Mientras se resuelve su futuro, disfruta de las vacaciones en su tierra, de la que se siente enamorado. Su nuevo destino parece que va a resolverse en breve. Ofertas tiene del fútbol español y del extranjero. Todo indica que continuará en la mejor liga del mundo, y un club, el Málaga, suena con fuerza, aunque no quiere desvelar nada aún.
Periodo de relax, pero supongo que también con la mente pensando en su futuro...
Sí, claro. Ahora toca disfrutar, aunque siempre le das vueltas a la cabeza pensando en mi futuro. Espero y barajo opciones, tanto de España como del extranjero.
Salir de un equipo como el FC Barcelona no resulta fácil...
Habíamos llegado a un acuerdo en enero para quedar libre si veíamos que no tenía minutos en el campo. Pensamos que mi marcha era la mejor opción tanto para mí como para el club.
Ya la temporada anterior tuvo ofertas muy buenas para abandonar la entidad azulgrana, pero decidió quedarse debido a la imposiblidad de que el club fichara por la sanción de la FIFA. ¿Pensaba que ese esfuerzo que hizo por ayudar luego no se viera plasmado con más minutos?
Lo de jugar o no, al final, siempre es decisión del míster. En aquel momento, tanto el club como yo pensamos que era la mejor opción, pues me permitía continuar aprendiendo y creciendo como futbolista junto a los mejores del mundo. Tenía la posibilidad de quedar libre ahora, y pienso que en lo personal es bueno que salga y buscar otro sitio para tener más minutos y ser feliz jugando al fútbol.
Cada temporada nueva que empieza, su nombre, por ser un hombre de la tierra, siempre se relaciona con la UD Las Palmas. ¿Ha podido recalar en el club del que se marchó para empezar su andadura en el Barça?
Ha habido algún contacto en años anteriores, pero nunca se ha llegado a concretar nada. Siempre he dicho que me encantaría volver aquí, jugar en mi casa, al lado de mi gente, de mis amigos, de disfrutar de lo que tenemos aquí, que ni con dinero se paga. A corto plazo no será, porque la posibilidad de retornar en estos momentos no se baraja.
¿Cómo ha visto al equipo amarillo en su regreso a la élite tras muchos años alejada de ella?
Ver a Las Palmas en Primera División, para un jugador como yo que nací aquí y que siento esos colores, ha supuesto un orgullo grandísimo. Sinceramente, cuando llegó el ascenso se me pusieron los pelos de punta, sinceramente se lo digo. He visto a un equipo y a una afición unida, una isla que iba toda a una. Además, se ha conseguido el sueño de poder seguir otro año más entre los mejores, y esperemos que esta temporada que viene pueda lograrse de nuevo; seguro que se logra si la gente está con el equipo, con los jugadores de casa.
¿Le sorprendió que lograse la permanencia de una forma tan cómoda, cuando la cosa pintaba mal en los inicios de la campaña?
Nunca dudé de que se iba a lograr la permanencia. Sabía que lo iba a conseguir, porque tenía un equipo compacto, fuerte, humilde, donde el vestuario funcionaba como una familia, eso es importante.
La apuesta por la gente de casa le da más valor a ese logro...
Sí, obviamente. Jugar en tu isla, con tu gente, delante de tu familia, te da un plus de motivación, y jugando en Primera mucho más. Las Palmas siempre se ha caracterizado por confiar en la gente de la cantera. Además, su entrenador, Quique Setién, ha apostado por los jóvenes. Esto es muy importante para todos los que somos de aquí.
¿Usted, que se marchó muy joven de Gran Canaria, no siente añoranza de no disfrutar en el equipo de su tierra en Primera, con gente de la cantera mayormente en el once titular?
Añoranza por jugar en la UD siempre tuve y tengo. Dejé todo, la Isla, el mar, el clima, la familia, los amigos; lo que hay aquí no se paga con dinero. Pero la verdad es que no me arrepiento de lo que hice, porque lo quería hacer desde pequeñito. Mi apuesta salió bien. A base de trabajar logré mi sueño, jugar en Primera con el Barça, pero el sueño de volver en el futuro a la UD siempre está presente.
¿Sus preferencias a la hora de elegir su próximo destino?
Quiero elegir un equipo donde realmente crea que voy a jugar, a ser importante. Lo considero fundamental. Lo que pretendo es seguir aprendiendo, formándome como jugador, teniendo minutos en la élite. Lo único que quiero es ser feliz jugando al fútbol, algo que considero primordial.
¿Qué balance hace de su paso por el FC Barcelona?
Muy bueno. Empecé con catorce años allí. Me fui solo, sin mi familia, haciendo un sacrificio muy grande. Creo que tomé la decisión acertada, porque llegué a donde me proponía, a jugar en Primera División. Cumplí un sueño que tenía desde chiquitito, jugar con el Barça. Lo he dado todo por esa camiseta, trabajé al máximo en cada entrenamiento y en cada partido. Estoy satisfecho con lo que he hecho allí.
¿Cómo es para un canterano como usted convivir a diario en un vestuario plagado de figuras del fútbol mundial?
Desde el primer momento todos me trataron genial. Leo (Messi), Ney (Neymar) y Luis (Suárez), que son los mejores del mundo, me vieron como uno más del equipo. En un vestuario como el del Barça todos los días aprendes algo nuevo, porque son los mejores profesores que un jugador joven puede tener.
¿Hay muchos egos en una caseta como la del FC Barcelona, donde todos son estrellas?
No, para nada. Claro que tienes más afinidad con uno que con otros, pero como ocurre en cualquier trabajo. Éramos una familia, muy unidos, como cualquier vestuario de cualquier equipo: humilde, todos a una, sabiendo lo que queríamos y teniendo las cosas muy claras.
¿Y cómo es el trato de esas súper figuras del Barça con un chico joven de la cantera?
Leo te da consejos, habla contigo, te anima. Ney, por su parte, es más especial. Sabemos cómo son los brasileños, con un carácter muy parecido al nuestro, muy sociable, amables, siempre con risas. Un tío así te alegra el día.
Uno debe tener claro que con esos astros del balón por delante, más en su posición de delantero, el tener minutos de juego resulta harto complicado, y que su crecimiento como futbolista se puede estancar como le ha ocurrido a otros muchos, no solo en el FC Barcelona...
Tenía claro mi rol dentro del equipo con tres de los mejores jugadores del mundo por delante. Pero bueno, no desistía. Uno siempre tiene la ilusión y las ganas de continuar aprendiendo. Siempre trabajé y di lo máximo de mí, por eso estoy muy contento con mi trabajo.
