Las dudas del estratega milagro. Setién puso ayer sobre el maltrecho tapete de Maspalomas [el mismo que mandó a Javi Castellano y a Hernán Santana a la consulta del doctor Cugat en Barcelona] todo el arsenal de los interrogantes. Los mimbres que opositan al nuevo proyecto de la galaxia tuvieron su momento de gloria en el traspiés (0-1) ante el Tenerife. De Tyronne a Benito, sin obviar el arrojo de José Artiles o la clase de Leo Ramírez, el derbi de la Copa Mahou fue el casting de la supervivencia.
De forma paralela a la conquista de una plaza en la lista final de 23 -el número mágico del preparador cántabro que insiste que desea un plantel reducido-, el primer asalto serio de la pretemporada contó con tres tanganas. Y una lista infinita de episodios con una etiqueta bochornosa. "Estoy pensando en llevar al filial a la vuelta", resaltó Setién, en una rueda de prensa antológico en el Municipal de Maspalomas. Lo que era la carta de presentación del nuevo proyecto terminó en un baño de 'caricias' del Tenerife de Martí. Que se refugió en el contragolpe y en una indecisión de Álvaro Arencibia, en la acción del 0-1, para tomar ventaja en esta quinta edición de la cita.
No hay contienda pacífica entre dos rivales antagónicos en estilo. El amarillo, un guiño al latir barroco. Con la precisión y el arte tropical como bandera. La misma que puso en apuros al Barça y al Madrid en el partenón de Siete Palmas en el pasado campeonato. En la otra trinchera, un torrente de disciplina y malas artes. En el primer acto, brilló Carlos González. El delantero juvenil, escoltado por Jonathan Viera y Montoro, se sintió cómodo. Renacido ante la adversidad. Sin complejos, fue el único exponente de imaginación. Cada balón que tocaba, dejaba sudando a una línea tinerfeña, anclada en el medievo.
Z Iñaki versus Tyronne
El atacante, quizás algo escorado en la derecha, alcanzó el notable. Ante la Selección del Sur, en el primer pulso amistoso del verano en Tunte, fue un rayo. Ayer, tomó la decisión correcta cuando se vio acorralado. Tiene fútbol y maneras. Le falta musculatura.
En el otro costado, José Artiles fue de más a menos. Le pudo la presión en los primeros compases al exjugador del Racing de Santander. La necesidad de tener que demostrar que vale para un proyecto de Primera, tras encadenar seis pretemporadas, le juega malas pasadas. Se merece una oportunidad. Debe circular más despacio. Su propuesta vertical,dinámica y salvaje pierde efectividad cuando se despista en las sombras de Jorge, Iñaki, Oriol, Sanz o Carlos Ruiz. En los últimos compases del primer acto, conectó a la perfección con Hélder Lopes. Fue creciendo ante la adversidad. En la lista de meritorios, la calidad de Viera es infinita. Como la fe del nuevo Araujo.
Además, Montoro, que se había mostrado errático en los dos anteriores amistosos, ayer, estuvo más sobrio junto a Carlos González y Jonathan Viera. Decepcionó Nabil El Zhar, aún en fase de crecimiento físico -estuvo lesionado en la semana pasada-. De igual manera, resulta alentadora la recuperación de Simón. Tras el cruento final de la pasada Liga [lastrado por la lesión de espalda], la mejor versión de la locomotora de Jinámar está de vuelta. En esa línea de activos de acero, Tyronne levanta la mano. En la acción del partido, se fue de Iñaki con una facilidad pasmosa y fue arrollado. El fotograma que sacó de sus casillas a Setién, que criticó la marrullería rival.
Z Brillante Raúl Lizoain
Benito y Leo Ramírez se repartieron su cuota de 25 minutos en el segundo tiempo. En esta UD, sobre efectivos y se acerca la hora de tomar decisiones. La próxima 'gira exprés' por Murcia -habrá duelos jueves, viernes y sábado- despejará todas las incógnitas. Poco a poco, el proyecto late de pasión. Una idea intacta. Se mantiene la filosofía de Setién hasta el fin de los días: 4-1-4-1. Circulación de balón, personalidad y Livaja. El delantero croata estrelló un balón en el poste, en la mejor acción ofensiva de los amarillos [junto a una cabalgada de Dani Castellano]. El meta Raúl Lizoain, en su cruzada por la titularidad, dejó dos paradones. La UD, en fase de crecimiento, se topó con un juego primitivo. De otro siglo. El talento no pudo con las patadas. Pero resta un segundo asalto. La venganza de la magia.
