La venganza de Romario. Viera, el monarca de la galaxia. Respuesta inmediata ante su víctima favorita. El mediapunta de la UD, que ayer ejerció de extremo zurdo durante el primer acto, firmó su quinto de la temporada y el cuarto al Valencia [conjunto en el que militó durante dos temporadas y alcanzó la cifra de 26 encuentros y besó la gloria de su debut en Champions]. Señalado por Setién, tras el incidente en el vestuario del Camp Nou, era la noche del '21'. Y respondió en el campo, sin concesiones y con una actuación pletórica.
Lejos de su zona natural de actuación, tuvo que multiplicarse en tareas y labores defensivas. Correr y sudar por el escudo. Castigado ante el Deportivo, tuvo que presenciar el empate (1-1) en la grada. Ya le sucedió en diciembre de 2015. Sus enfrentamientos con el emperador de seda le costaron muy caro. Pero ayer, tenía que saldar cuentas pendientes. Apareció la mirada asesina, herido en el orgullo tras el anuncio de la contratación de Jesé Rodríguez y el refuerzo de Alen Halilovic -dos estrellas que pueden actuar en su demarcación-. El ADN competitivo que le condenó en la fortaleza de Messi, le hizo reconducir la situación.
En el túnel de vestuarios, mostró su sonrisa pícara. El aperitivo a una batalla salvaje. Regates, tiros, acciones de fantasía y el primer bofetón de Santi Mina (21'). A la UD le costó entrar en el partido, con Prince Boateng como nueve, la galaxia se empañaba en lucir su arista más cándida. Sin noticias de Alves.
El cancerbero del Valencia tuvo que completar su primera actuación superada la media hora para taponar un tiro esquinado de Prince Boateng. Y pasaban los minutos. Hasta que Viera decidió resolver el tedio. Decidió liquidar a un Valencia sobrio, pero anclado en el medievo. El descaro inicial del combinado de Voro se transformó en un ejercicio de cobardía.
Con Ángel Montoro como sostén, y respaldado por la elegancia de Roque Mesa y Vicente Gómez, Viera también contaba con un inspiradísimo Momo -costado derecho-. Había que buscar al Príncipe del Roque Nublo, para encender un pulso áspero. Una cabalgada de Bigas, encontró el caviar de Vicente. Prince conectó con Viera, y el genio de La Feria completó un remate de acero. Un gol de cine.
Con ese golpeo seco (41'), el '21' lograba su cuarta diana al Valencia y modificó el guión del encuentro de una manera radical. La UD pasó a dominador brutal de la situación, y más si cabe tras la infantil expulsión de Munir. No hubo noticias de un Valencia fuera del GPS. Invisible a la dictadura de la razón. Fueron aplastados por el ejército de Setién, que aprovechó el momento preciso para tocar la corneta. La liberación de la bestia.
Tras el descanso, Prince ejerció de Willian José, ese perfil de delantero gigante, que fija a los centrales (Garay y el errático Mangala), para generar más espacios a los poetas Momo, Vicente y Viera.
El 2-1, un zarpazo bíblico de Lemos, lo provocó de nuevo el genio de La Feria. Viera fue derribado en la frontal, y el latigazo de Mauricio Lemos se coló en la escuadra de Alves. Segundo tanto fuera del área.
Éxtasis y reconocimientos
Con un 62,8 % de la posesión, Prince cerró la cuenta para la apisonadora de gofio. Un ejército sanguinario, que pudo completar un marcador de escándalo ante los ché. Con nueve remates a portería -solo cuatro entre palos-, los de Setién recuperaron sus credenciales de fantasía. Las mismas que aplastaron al Granada de Paco Jémez y bailaron al Athletic. Velocidad, precisión y una pegada descomunal.
Se permitió Setién hacer debutar a Halilovic, que fue recibido con una sonora ovación. El internacional croata -ubicado en la derecha- se ofreció sin acierto, pero aportará numerosas tardes de gloria.
Con la entrada del fichaje invernal, Momo se marchó a lo grande. Ovacionado por las 20.000 almas del Gran Canaria, que reconoció su esfuerzo defensivo. Luchó por cada balón, con la determinación de un juvenil. A solo tres partidos de la renovación automática, se ha ganado la condición de eterno. Otro gregario de lujo que se multiplica ante la llegada de competencia. Vuela como un Ferrari.
Tana y Livaja completaron la nómina de refuerzos, para una UD fantástica. Mateo, uno de los mimbres más en forma, se quedó en el banquillo. Nabil El Zhar fue descartado. Está muy caro gozar de minutos en el sello de moda de la mejor liga del mundo. Incluso para Jesé.
Pero fue Viera el que se llevó el reconocimiento de la noche. Se cayó el partenón, para cerrar el círculo y dos semanas de tensión. De la bronca del Camp Nou al paraíso. El viaje del rey de la galaxia. Nadie puede dudar del poderío del '21'. La agonía de la UD duró hasta que Romario sacó su fusil. La dictadura del mejor exponente de fantasía de este siglo. El dueño del Gran Canaria, que se vengó de su salida en falso del Valencia (2014).
Mención especial para Setién, que por fin logra maniatar a un rival desde la pizarra. Tras un inicio dubitativo, la presión y la salida descarada de sus pupilos fue un arma de destrucción masiva. Le dio un baño a Voro, y se ha ganado la renovación hasta el fin de los días.
El ejército de caviar vuelve a sonreír con el arte diabólico de Viera. El enemigo más letal ante la legión de la paella. Un monarca por decreto. Que tome nota Jesé.
