UN HUMILDE CONSEJO A TODO EL GREMIO DE LA MEDICINA Y CUALQUIERA DE SUS RAMIFICACIONES. La medicina no es una profesión ordinaria. No es solamente una tecnología, porque trata con el ser humano. No estás reparando mecanismos, no es solo una cuestión de << saber como>>, es cuestión de un profundo amor... Estás jugando con seres humanos y con sus vidas, y eso es un fenómeno complejo. Algunas veces se pueden cometer errores y esos errores pueden ser fatales. Así que practícala sumido en profunda oración. Acércate con humanidad, con humildad, con simplicidad. Las personas que abordan la medicina como si fuera una ingeniería no son adecuadas para ser doctores, médicos o incluso enfermeros; son personas inadecuadas para la medicina. Quienes no sean ambivalentes son inadecuados. Se comportan con un ser humano cómo un mecánico ante un automóvil. No sienten la presencia espiritual del paciente; no tratan a la persona, tratan los síntomas. Por supuesto, pueden ser muy precisas; un técnico es siempre preciso. Pero cuando estás trabajando con seres humanos no puedes ser tan preciso, es natural tener dudas. Uno se lo piensa DOS, TRES veces, y las que hagan falta antes de hacer algo, porque una vida está en juego: una vida que es preciosa, una vida que no podemos producir, una vida que cuando se va se va para siempre. Y es que el individuo es irremplazable, es único, es alguien que nunca antes existió, alguien que nunca volverá a existir. Estás jugando con fuego; es natural dudar. ¡Acércate a él ¡ . Acércate con humildad. Siente una profunda reverencia por el paciente. Y mientras lo estás tratando, conviértete en un vehículo de la energía divina. No seas un doctor, sé sencillamente un vehículo para la energía divina sanadora, tan solo un instrumento. Siente una profunda reverencia por el paciente, no lo trates como un objeto. Deja que la energía divina fluya a través de ti y alcance al paciente. El paciente está enfermo; no puede conectar con lo divino. Se ha separado. Ha olvidado el lenguaje de cómo sanarse a sí mismo. Está desesperado. No puedes culparle; se encuentra desvalido. Si además es una persona de profundo conocimiento, será todavía un instrumento más importante, porque la energía divina sólo puede darte señales muy sutiles, señales que tienes que descodificar. Si sabes medicina podrás descodificarlas muy fácilmente. Entonces no estarás haciendo nada al paciente, es la divinidad la que hace. Tú te haces accesible a Dios y pones a su disposición todos tus conocimientos. Es la energía divina conjuntamente con tus conocimientos lo que ayuda. Y nunca es perjudicial. El que puede ser perjudicial eres TÚ. Así que suelta el “YO”, deja que esté DIOS. Adéntrate en la medicina, adéntrate en la meditación. Tus pacientes te lo agradecerán. OSHO Espero que sirva de sensibilización a todos aquellos que practican la medicina. PORQUE NO ESTAMOS LOCOS, NI SOMOS APARATOS CON FALLO. SOMOS SERES HUMANOS, COMO LO SON USTEDES SEÑORES DOCTORES, COMO LO SON SUS FAMILIARES, SUS HIJOS, ESPOSAS, MADRES, PADRES, AMIGOS. Y A ELLOS . ¿LES ESCUCHAN?. y A USTEDES. ¿LES GUSTA SER ESCUCHADOS?, ¿SER TRATADOS CON UN MÍNIMO DE RESPETO?. PUES A NOSOTROS TAMBIEN