"Cuando llamas al 112 pidiendo un médico o una ambulancia no tienes la perspectiva de que hay decenas de personas llamando al mismo tiempo. Y muchas desde la misma ciudad o zona. ¿Y si tú mismo tuvieras que llamar para varios familiares o amigos a la vez?" inicia una trabajadora del 112 para llamar a la reflexión y a la comprensión ante una situación que está castigando al conjunto de la sanidad pública en España: "la terrible falta de recursos".

Son situaciones límite a las que se enfrentan muchos sanitarios. Los trabajadores que están al otro lado del teléfono son los primeros en recibir la información e incluso, a veces, esa primera llamada es trascendental en el futuro. Denuncian que los recortes les obligan a trabajar en una situación precaria sin los medios necesarios.

Marta, una trabajadora del 112, solo tenía una ambulancia disponible cuando recibió cuatro llamadas pidiendo ayuda. "Mi abuela se ha caído, está sangrando", "Mi hijo está sufriendo un ataque de epilepsia", "Mi marido está con lumbalgia" y "Tengo a mi abuelo con fiebre, desorientado y agitado", estas son las cuatro peticiones que recibió.

Es un grave problema que clama atención, medidas y soluciones urgentes. La sanidad pública en España permanece asediada por los recortes, una circunstancia que afecta a todos los niveles. Lo que siempre ha sido un sistema modélico fuera de nuestras fronteras, poco a poco, se está deteriorando como consecuencia de la falta de recursos.