Los acuerdos energéticos alcanzados por el Reino Unido y la Unión Europea (UE) dejan a Londres fuera de la acción conjunta comunitaria contra el cambio climático, pero ponen sus objetivos ambientales al nivel del respeto a la democracia, los derechos humanos y la no proliferación de armas de destrucción masiva.

El acuerdo comercial alcanzado entre las dos partes, cuyos detalles se han hecho públicos este sábado, muestra que el Reino Unido saldrá a partir del 1 de enero de 2021 de la acción conjunta de los países europeos contra el cambio climático, aunque las dos partes seguirán respetando los principios ambientales clave, como la precaución, integración y el pago de daños por parte del que causa la contaminación.

Londres ya no podrá acceder al sistema de comercio de emisiones en la zona comunitaria, una herramienta primordial en la lucha contra las emisiones de efecto invernadero, puesto que permite el reparto del esfuerzo entre los países europeos y de la carga de cumplir con los objetivos de descarbonización.

A pesar de ello, el Reino Unido y la Unión Europea reconocen ser parte de una "biosfera compartida", lo que supone una cobertura conjunta de los objetivos actuales acordados en Bruselas y recogidos en leyes que seguirán vigentes después de enero también en los reglamentos británicos, como los objetivos de reciclaje de residuos para 2030, del agua para 2027 y los techos de contaminación del aire para 2030.

La UE y el Reino Unido también reafirman su ambición de lograr la neutralidad climática en toda la economía para 2050, y sitúan la lucha contra el cambio climático al mismo nivel que otros elementos esenciales como la democracia, los derechos humanos y el estado de derecho, y la no proliferación de armas de destrucción masiva.

Es la primera vez que la UE incluye la lucha contra el cambio climático como "elemento esencial" en un acuerdo bilateral con un tercer país. Esto significa, por ejemplo, que si la UE o el Reino Unido se retiraran del Acuerdo de París, o tomaran medidas que frustraran su propósito, la otra parte tendría el derecho de suspender o incluso rescindir parte o la totalidad del Acuerdo UE-Reino Unido.

Al aceptar incluir la lucha contra el cambio climático como elemento esencial del acuerdo, la UE y el Reino Unido confirman su liderazgo mundial en esta importante cuestión y esperan dar ejemplo para futuros acuerdos, destacó la Comisión Europea.

El acuerdo comercial incluye las garantías sobre la seguridad del suministro energético, aunque Londres abandonará con el brexit el mercado energético de la UE, lo que supondrá que los británicos quedarán fuera de la gestión única europea (sin barreras técnicas o reglamentarias) del intercambio de energía a través de los interconectores eléctricos.

El Reino Unido tampoco seguirá en la Comunidad Europea de la Energía Atómica (Euratom), el mercado único para el comercio de materiales y tecnología nucleares, una materia que se regirá a partir de enero por un "acuerdo separado sobre usos seguros y pacíficos de energía nuclear", donde las dos partes se comprometen a cumplir con obligaciones internacionales de no proliferación, sin reducir el nivel actual de normas de seguridad nuclear.