El Tribunal Supremo (TS) ha confirmado una sentencia de la Audiencia Nacional (AN) que condena a un empleado de banca jubilado por blanquear en Gran Canaria dinero negro procedente de la mafia cubana instalada en Miami. El fallo judicial, ratificado este mes por la Sala de lo Penal, le impone tres años de cárcel y una multa superior a los dos millones de euros, cantidad que se corresponde con el dinero lavado en Canarias por el clan de los Battle entre 2001 y 2006.

Según la sentencia, uno de los capos de la organización criminal, apodado La Rata, viajó desde Miami a Las Palmas de Gran Canaria para contactar con un pariente que trabajaba en Banca March. Su intención era aprovechar los conocimientos de su primo para invertir los fondos obtenidos en Miami y otras partes de EE UU mediante la "extorsión, el fraude, la estafa, el juego y las apuestas prohibidas".

Así comenzó una estrecha relación en la que el testaferro se encargó de administrar y gestionar ese dinero, a sabiendas de la procedencia ilícita de esas "importantes cantidades". De hecho, un Tribunal de Florida condenó en 2006 a varios jefes de esa sociedad delictiva, conocida en el mundo del hampa como La Corporación. En ese proceso se constató que el contacto cubano del testaferro canario usó la empresa Voltaire Trading and Investment para sacar los fondos del país norteamericano.

Primero crearon una sociedad inmobiliaria, Procanamer, a la que siguieron otras empresas distintas a las que remitían el dinero, con la finalidad de ocultar su rastro. Esos fondos, hasta que surgiera una oportunidad buena para blanquearlos, eran depositados en Banca March, a plazo fijo y bajo la titularidad de Invercan Ltd. Corp., sociedad radicada en Panamá, un conocido paraíso fiscal.

El 15 de octubre de 2001 se produjo la primera transferencia bancaria, que llegó a Ivercan desde la empresa Voltaire Trading and Investment, a través de un banco radicado en las Antillas Holandesas. Se trata del dinero que el condenado puso a plazo fijo en una de las cuentas abiertas en Banca March.

La mafia cubana empezaba de esa manera a lavar su dinero en Canarias. Entre las actividades más destacadas resalta la compra, en 2002, de una vivienda en Las Palmas de Gran Canaria, así como más transferencias millonarias por la venta de una mansión en Cayo Vizcaíno (Miami) que había sido comprada con dinero negro.

En 2004 apareció un nuevo paraíso fiscal, Suiza, al tiempo que se constituía otra sociedad en Panamá tras la detención de los cabecillas del clan en Miami. La organización comenzó a trabajar con el Banco Pastor por las pegas de Banca March, a donde el condenado trasladó más de dos millones de euros. Parte de ese dinero se destinó a sufragar la defensa de los mafiosos en Florida.

Ya en 2005 se fundó Corvo Negocios, que sustituyó a Procanamer, y Mogán Negocios. Por medio de esta última compañía, se compró una finca en Playa de Mogán, además de un solar en la calle Montevideo de la capital grancanaria, operación realizada mediante un préstamo de la CAM.

La caída del padrino

José Miguel Battle, conocido como el padrino de la mafia cubana en Miami, se declaró culpable en 2006 tras ser acusado por el Gran Jurado de integrar y dirigir La Corporación, una de las mayores organizaciones criminales del sur de Florida (EEUU). Murió poco después, a los 77 años en el hospital de Carolina del Sur, donde permanecía ingresado desde hacía unas semanas, según publicó entonces el diario cubano The Miami Herald. Battle padecía diabetes, una deficiencia hepática y varias afecciones cardiovasculares. El clan de los Battle se instaló en Miami durante la década de 1970 y hasta el momento de su detención, en 2004, levantó uno de los mayores imperios ilegales de EEUU, que generó dinero ilícito por valor de más de 1.500 millones de euros. Sus actividades iban desde las apuestas ilegales al tráfico de drogas y el asesinato, según declaró probado la sentencia que condenó a los principales dirigentes de la banda. Su influencia se extendió hasta Nueva York y América Latina, con actividades relacionadas con la importación de cocaína y marihuana. M. R.