¿Le puedo pedir que improvise unos versos para empezar esta entrevista?

Pero eso requiere pensarlo mucho. Improvisar es muy difícil. Aquellos versos tan famosos que dije los escribí primero y luego los memoricé.

Su oratoria en el Parlamento no pasa desapercibida. Sale sin papeles, dice lo que tiene que decir de un tirón y no se equivoca.

A mí me disgusta que en el Parlamento suban a leer folios. Para eso que los manden por correo y ya los leo yo. Creo que el Parlamentario debe hacer de su discurso algo ameno, no una mera lectura de un discurso. Yo he estado toda la vida dando clases en la Universidad de La Laguna y luego he sido opositor en mi juventud y todas esas cositas ayudan a hablar sin papeles.

Pero detrás de esa oratoria que tiene también lanza mensajes duros. Hace unos día llamó mediocre al presidente del Gobierno, Paulino Rivero; y del consejero de Economía, Javier González Ortiz, dijo que no sabía ni inglés.

Dije que habla poco inglés y que de economía sabe mucho menos.

¿Y no le supone un problema atacar así a una persona en el Parlamento?

Es el Parlamento, la casa donde uno tiene que estar acostumbrado a soportar todo tipo de críticas, siempre y cuando no se entre en el terreno del insulto.

¿No es un insulto llamar a alguien mediocre?

No, no. A Rivero lo aprecio mucho como amigo porque nos conocemos desde hace mucho tiempo, pero pienso que en comparación con otros presidentes que ha tenido la Comunidad Autónoma él es mediocre.

¿Y en qué se lo nota?

En su demagogia, en sus actos, en su manera de gobernar. Es mediocre en su manera de actuar y de comportarse como presidente. La Comunidad Autónoma no puede estar muy satisfecha con este presidente. Y él piensa reengancharse en 2015, con lo que imaginemos la que nos espera si eso ocurre. Su oposición al petróleo lo hace pura y exclusivamente para no perder los apoyos de Coalición Canaria en Fuerteventura y Lanzarote.

Defender las prospecciones de petróleo frente a las costas de esas islas es difícil.

Pero si no lo hacemos, lo hará Marruecos. Eso que dice Berriel [en referencia a Domingo Berriel, consejero de Obras Públicas] de que están preparados para convencer a Marruecos de que tampoco hagan prospecciones...

Berriel dijo concretamente que si España no hace prospecciones, Marruecos está decidido a desistir también.

Eso son tonterías de Berriel. Se lo inventó. Marruecos ha conseguido como 50 o 60 licencias de prospecciones. ¿Dé qué habla Berriel? ¿Acaso él va a convencer a Marruecos? Berriel lo único que ha hecho con Marruecos es ponerse la chilaba junto con Paulino y hacerle la pelota a los marroquíes. Los marroquíes van a hacer la política que quieran hacer. Y desde luego no van a desperdiciar una posible fuente de riqueza.

Es decir que Berriel mintió.

Mintió no, fantaseó.

Usted dice que el consejero fantasea y yo le digo que a un diputado del PP le pillaron en el Pleno del Parlamento viendo una película.

Era un documental.

Eso da igual. Me pongo yo a ver un documental en mi lugar de trabajo y no vea.

El nivel en el Parlamento se baja con las malas intervenciones.

¿Se aburren?

De vez en cuando es muy aburrido. Yo intento darle un poco de salsa pero...

Pero a pesar de que las intervenciones sean aburridas no es aceptable que se distraigan en un lugar de trabajo.

Pero eso siempre ha ocurrido.

Entonces lo ve bien.

Lo veo normal.

A usted, que es tan exigente con la oratoria, le debió resultar difícil defender a la secretaria general del PP, María Dolores Cospedal, cuando explicó que el PP pactó una “indemnización en diferido” con su extesorero Luis Bárcenas. Y a lo mejor también se avergonzó cuando supo que la ministra Ana Mato y su familia habían, presuntamente, recibido costosos regalos de empresas vinculadas al ‘caso Gürtel’.

No, no. Por ejemplo, el caso Bárcenas es un caso tremendo en el partido y, bueno, son conductas que no solamente hay que intentar que nunca más se repitan, sino que además quienes las han hecho deben responsabilizarse.

Ya, pero las explicaciones de Cospedal...

Cuando Cospedal hizo aquella rueda de prensa a muchos no nos pareció bien. Tuvo un mal día, por así decirlo.

Y el caso de Ana Mato ¿qué?

Ese tema no está nada claro. Considero que Ana Mato es una mujer inteligente y no creo que ella sea la responsable de un gasto como ese. Como está también bajo la supervisión de los tribunales prefiero ser muy prudente. Pero pienso que Ana Mato está haciendo un gran papel como ministra y ella sabrá en su conciencia si en algún momento actuó bien o mal.

¿Es usted menos monárquico ahora que antes?

La monarquía atraviesa por una mala racha, pero hay que ser justos y hacer un balance de lo que ha hecho la monarquía en España, de la estabilidad que ha dado al país y del papel del Rey durante el golpe de Estado del 81. ¿Ha cometido muchos errores? Por supuesto. También ha tenido mala suerte con algunas personas que se han añadido a la familia. Pero lo que más daño me ha hecho a mí como implicado en la protección de los animales han sido las fotos del Rey en la famosa cacería. En ese momento, yo sinceramente no me sentí representado por el Rey.

Bueno, pero siempre se ha sabido que al Rey le gusta la caza.

Él es Rey de España antes que nada. Tiene que respetar los sentimientos de una inmensa mayoría de españoles que no queremos que se cometan barbaridades con los animales. Esas fotos fueron denigrantes. Es la única ocasión en que yo he vituperado al Rey. Fueron estampas vergonzosas y, sobre todo, desprestigiosas para España. Ver a un jefe de Estado feliz y arrogante al lado de una elefanta de 50 años recién abatida... Esas cosas me repugnan.

¿Usted cree que España es un país que podría sobrevivir sin monarquía?

Yo estoy convencido de que una república en España sería siempre mucho más inestable políticamente que una monarquía. La figura de un rey árbitro que no haga tonterías siempre va a ser mucho más lógica desde el punto de vista de la estabilidad institucional. Y, además, de cara a Latinoamérica, pienso que también nos da más prestigio la figura del Rey, como jefe de Estado de la antigua madre patria, que el presidente de una república. Pero el Rey tiene que dar ejemplo en todos sus actos. Recuerdo una frase preciosa que pronunció su padre cuando renunció a sus derechos dinásticos: “Todo para España, todo”. Esa frase implica también la vida privada del Rey.

La Ley de Transparencia...

Esta ley puede de alguna manera ayudar. Esta ley tiene que afectar a todo el mundo, también a la Casa Real. Pero, ojo, la transparencia no quiere decir que cualquier dato se pueda publicar porque eso también tiene su peligro.

¿Por qué?

Secuestros, sobornos e incluso robos.

¿Es verdad que el PP canario no mueve ficha sin que José Manuel Soria dé el visto bueno?

Hombre, la dirección está bastante pendiente de lo que diga Soria. Es el presidente regional al fin y al cabo. Y en cuanto al Grupo Popular, funciona bastante bien, aunque en ciertos asuntos tal vez hay que echarle más imaginación. Asier Antona está haciendo un buen papel como secretario regional, aunque hay algunas cosas de las que yo discrepo.

¿Cuáles?

Por ejemplo, ni participo ni participaré en los ataques que se hagan a las instituciones de la Comunidad Autónoma, porque entiendo que cualquier reforma que se haga tiene que ser consensuada.

¿Cómo es la gestión de María Australia Navarro en el grupo como portavoz?

María Australia es un dulce como persona. Gracias a su mano izquierda evita o mitiga cada día las habituales fricciones de un grupo grande de 21 diputados. El mayor mérito de María Australia es, sin duda, aguantarme a mí. Me soporta con estoicismo.

¿Cómo afrontaría un escrache en la puerta de su casa? ¿También se liaría a palos, como dijo que haría su compañero de partido Sigfrid Soria?

Yo he defendido a Sigfrid. Se equivocó en las formas y usó palabras inadecuadas pero, en cuanto al fondo de lo que dijo, eso lo podría suscribir cualquier político. Si a mí se me plantan en la puerta de mi casa para insultarme, yo a lo mejor pierdo la serenidad. Los escraches son coacción a la soberanía popular, porque esos políticos a los que coaccionan son representantes de la soberanía popular, resultado de las urnas.