El Gobierno de Canarias bajará impuestos si el Estado revisa el sistema de financiación autonómica y el Archipiélago recibe los 1.000 millones de euros que, a su juicio, le "corresponden". Canarias ha encabezado la reclamación de las comunidades autónomas para la reforma del sistema de financiación aprobado en 2009 y que, a juicio del Ejecutivo, merma de forma considerable los ingresos destinados pagar la sanidad y la educación en las Islas.

En una entrevista concedida a la Cadena Ser, el presidente Paulino Rivero aseguró que esa posible bajada de impuestos serviría para "facilitar" el consumo, y aclaró, no obstante, que la propuesta del presidente extremeño, José Antonio Monago, es un "gesto forzado" por el apoyo político de Izquierda Unida en la Cámara regional.

Rivero no ha sido el único mandatario en fiar una rebaja fiscal en sus autonomías a decisión de Madrid.

Los presidentes regionales del PP evitaron la confrontación con su compañero extremeño. Sólo el Ejecutivo de Cantabria anunció que estudia alguna forma de rebaja fiscal, bien a través de impuestos y tasas, bien con ayudas, que incluirá en los Presupuestos de 2014.

El presidente madrileño, Ignacio González, compartió abiertamente una política de bajada de impuestos, pero matizó que siempre que se lleve a cabo "dentro de unas circunstancias económicas que lo permitan" y siempre "con cargo a recursos propios".

Las comunidades gobernadas por el PSOE, por su parte, ofrecieron una interpretación más crítica. Desde el Principado de Asturias, el portavoz del Gobierno, Guillermo Martínez, calificó la política de Monago de "política de entretenimiento que dista mucho de la seriedad con la que tiene que abordarse la política fiscal".

En cuanto a la Junta de Andalucía, el vicepresidente Diego Valderas, de IU, defendió que el plan contra la exclusión social andaluz es "mucho más potente" que la rebaja fiscal extremeña: Multiplica "por diez o por doce" el coste, al sumar 120 millones de euros.