La dirección de CC solo concibe unas listas en Fuerteventura con Marcial Morales -Cabildo- y Mario Cabrera -Parlamento- al frente. Tras el baño de afecto que se dieron en la noche del jueves en la asamblea a la que acudieron alrededor de 250 afiliados, ambos consideran que solo la renuncia de José Juan Herrera a su puesto al frente de los nacionalistas majoreros puede propiciar su regreso. Mientras, el secretario insular de la formación guardó ayer silencio para respetar "el acuerdo con el secretario de Organización de CC, José Miguel Ruano".
Este último abandonó ayer Fuerteventura rumbo a Tenerife tras haber escuchado a todas las partes implicadas en el conflicto que se desató hace ya una semana cuando el Consejo Político Insular refrendó unas planchas que no eran las que, según Cabrera y Morales, se habían consensuado con anterioridad, por lo que ambos decidieron retirarse de la carrera electoral.
En un principio, se había previsto una reunión extraordinaria del Comité Permanente de los nacionalistas para hoy en la capital grancanaria, pero problemas en la reserva de vuelos determinó retrasar al martes la cita, que tendrá la reconstrucción de las listas en Fuerteventura como tema monográfico.
Mientras tanto, los movimientos se suceden en ambos bandos. Desde el de los dimitidos líderes se intenta ganar adeptos para su causa entre quienes fueron refrendados por el Consejo Político como integrantes de alguna de las dos listas. Desde el de Herrera, se avisa con que obligarles a cambiar los nombres derivará en acciones judiciales por parte de quienes pierdan una plaza que tenían asegurada.
De hecho, el propio hijo del secretario insular aparece en el puesto quinto de la lista a la institución insular. Precisamente alcanzó ese puesto derrotando en la votación a Rafael Páez, brazo derecho de Marcial Morales en el Ayuntamiento de Puerto del Rosario, lo que terminó por desatar la tormenta el sábado de la pasada semana.
Fuentes próximas a Marcial Morales y Mario Cabrera explicaron que hasta media hora antes de que se votaran los nombres, las listas estaban plenamente consensuadas y José Juan Herrera había garantizado que eran las que iban adelante. Sin embargo, los integrantes del Consejo Político, controlado por el secretario insular, votaron en sentido contrario, lo que provocó que los líderes que a la postre presentaron su renuncia consideraran que Herrera les había engañado.
Esa es la lectura que realizó la asamblea reunida el jueves por la noche para exigir la salida de Herrera de su cargo como paso previo a la reconstitución de las listas tal y como estaban previstas. De hecho, ya no lo consideran un interlocutor válido a la hora de debatir sobre la conformación de la planchas electorales, sino tan solo un integrante más del partido que tiene derecho a ser escuchado.
Durante su estancia en Fuerteventura, José Miguel Ruano se ha reunido con las dos partes, pero decidió no juntarlas en una misma sala, por lo que las negociaciones se han conducido por separado. Para Tenerife se llevó ayer la constancia de que el secretario insular de CC-Fuerteventura no tiene ninguna intención de dimitir, mientras que Cabrera y Morales no volverán a encabezar las listas si esa salida no se produce.
La constancia de que la dirección nacional de CC solo admite la aparición de ambos en lo más alto de las planchas deja a Herrera en la situación de debilidad escenificada en la reunión de la militancia del jueves. El sábado tras desatarse la tormenta, aseguró que él había escuchado a las bases, mientras que solo unos días después buena parte de estas, nucleadas en torno a Cabrera y Morales, vinieron a quitarle la razón al exigir su renuncia.