Canarias se encomienda a Ban Ki-moon, secretario general de las Naciones Unidas, para paralizar las prospecciones autorizadas por el Ejecutivo de Mariano Rajoy a Repsol junto a las costas de Lanzarote y Fuerteventura. En una carta enviada la sede de la ONU en Nueva York el pasado viernes, el presidente Paulino Rivero le pide que "con carácter de urgencia" se dirija al Gobierno de España para, en aplicación del "principio de precaución", pongan fin a cualquier actividad relacionada con la exploración, exploración y producción de petróleo o gas. Y se suspenda, "definitivamente", la concesión otorgada a la petrolera española el pasado mes de marzo.

En la carta, de siete folios y profusamente documentada, Rivero solicita también la intervención de Ban Ki-moon para que invite al "Gobierno de España a que priorice el desarrollo de fuentes energéticas limpias, renovables y sostenibles, fomentando una política ejemplar en atención al interés general de la ciudadanía y de medio ambiente, defendiendo los derechos de las presentes y futuras generaciones".

Es un paso más en la que parece ser la internacionalización de la lucha que mantiene la Comunidad Autónoma en contra de los sondeos que se llevarían a cabo entre "nueve y 60 kilómetros" al oeste de las islas más orientales del Archipiélago y a 3.000 metros de profundidad. Primero, el Gobierno presentó dos quejas formales ante la Comisión Europea -según aprobó el Consejo de Gobierno el pasado 7 de septiembre- por entender que el decreto del Gobierno central por el que se autorizan las prospecciones petrolíferas cerca de las aguas canarias vulnera el Derecho comunitario. El segundo paso fue la protesta del presidente del Cabildo de Lanzarote, Pedro Sanginés, el pasado jueves en Washington durante la defensa de la candidatura de la isla como destino turístico sostenible ante el Global Sustainable Tourism Council (GSTC), un organismo dependiente de la ONU.

En uno y otro caso se hace hincapié en las bazas de Canarias: turismo y medio ambiente.

¿De qué se vale Rivero para dirigirse al máximo representante de la ONU? Pues de que el coreano es, por su cargo, también, máximo representante de las Reservas de la Biosfera de Canarias, designadas por la Unesco; responsable máximo del programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que contribuye preservar hábitats y especies presentes en las zonas señaladas para llevar a cabo las prospecciones; y máximo responsable del GSTC.

En este sentido, la misiva subraya que la búsqueda de petróleo -para la que Repsol elabora ya un plan de impacto ambiental con la esperanza de obtener 1.245 millones de barriles- se realizaría en " un área de reconocida diversidad a nivel mundial y muy próxima a las costas de una geografía cuya principal economía y sustento es el turismo".

Rivero ofrece al mandatario de la ONU hasta 34 motivos por los que debería acceder a la mediación. Entre ellos: que las islas de Lanzarote y Fuerteventura están declaradas en su "totalidad territorial" Reservas Mundiales de la Biosfera, junto con La Palma, La Gomera, El Hierro y casi el 50% de Gran Canaria; que Canarias es uno de los territorios con mayor densidad de biodiversidad del mundo, con 19.550 especies y 693 subespecies de flora y fauna, de las que 4.021 y 625, respectivamente, son endémicas. De estas destacan "30 especies correspondientes a mamíferos marinos, convirtiendo la región en una de las de mayor densidad de cetáceos del planeta".

El presidente canario informa a Ban Ki-moon de la apuesta de su Ejecutivo porque Canarias sea en un futuro próximo "completamente autosuficiente en la generación y aprovechamiento del 100% de la energía que consuma, gracias a sus condiciones eólicas, solares y de dinámicas oceánicas". Y que el Gobierno regional "trabaja de forma prioritaria para convertir a este archipiélago en el primero del mundo autosuficiente con energías renovables en el año 2025".

Un objetivo que choca, al entender de Rivero, con los peligros que representan las prospecciones a grandes profundidades pese al avance de las tecnologías. Y pone de ejemplo la "catástrofe" de la plataforma Deepwater Horizon en el Golfo de México en abril de 2010, que contaminó más de 1.000 kilómetros de costa de cuatro estados norteamericanos.

Este accidente, recuerda en la misiva el presidente canario, motivó una resolución del Parlamento Europeo promoviendo una directiva que hiciera incompatible este tipo de actividad productiva en zonas geográficas que alberguen biodiversidad excepcional, como es el caso.

Las prospecciones junto a Lanzarote y Fuerteventura, señala Rivero, tendrían lugar a profundidades de riesgo "como la del Deepwater Horizon". Y en una zona "donde el lecho marino está integrado en una placa tectónica de la denominada Dorsal Canaria, en la que se registran frecuentes movimientos sísmicos de diferente magnitud".

Una fuga o un vertido, se señala en el carta, tendría consecuencias muy serias para el medio ambiente y la economía del Archipiélago. Ocasionaría el colapso de toda la producción de agua potable para la población al depender el 100% de desaladoras; pondría en peligro el empleo dependiente del turismo y no generaría trabajo "significativo para la población ni retorno económico de ninguna clase".

Rivero pone sobre la mesa para solicitar la mediación de la ONU la resolución en contra de los sondeos acordada en el Parlamento y los acuerdos plenarios de cabildos y ayuntamientos de las Islas.