El eurodiputado del PP Gabriel Mato aboga por que el nuevo Pacto de Migración y Asilo de la UE establezca una “solidaridad obligatoria y sanciones para los estados miembros que la incumplan” y critica que países como España miren a Europa sin hacer primero los deberes en esta materia.

Así se lo transmitió ayer al Diputado del Común, Rafael Yanes, quien, como hizo el pasado viernes con el también eurodiputado canario Juan Fernando López Aguilar (PSOE), le ha recibido para conocer las líneas de trabajo que se están desarrollando en la Unión Europea sobre la migración que recala en el archipiélago.

El popular Gabriel Mato ha considerado que “hablar de inmigración es hablar de un drama, de muchas miles de personas que mueren en busca de una vida mejor y de otras que están sometidas a mafias que trafican con ellas”, por lo que “la dimensión” de este fenómeno “es enorme”, según ha dicho a los periodistas tras el encuentro con Yanes.

A su juicio, “es bueno mirar a Europa, que tiene que mojarse” en este asunto, “pero también es cierto que quienes hoy se están llenando la boca hablando de Europa, PSOE y Podemos, en Europa mismo el pasado mes de diciembre se negaron a que hubiera un debate” sobre el repunte migratorio que afecta a Canarias, ha referido.

El europarlamentario ha manifestado que “lo que no dijo” el presidente canario, Ángel Víctor Torres (PSOE), cuando fue a Europa a hablar de esta cuestión fue “lo que le contestaron: que a Europa hay que ir con los deberes hechos”.

“Parece que tampoco se hace bien los deberes cuando se hacina a miles de inmigrantes en el puerto de Arguineguin o cuando los trasladan a campamentos en los que se cuestionan sus condiciones y el respeto a los derechos de estas personas, como tampoco lo es que se impida visitar esos centros”, aseveró.

Pero, ha advertido el europarlamentario popular, “la solidaridad no puede ser solo de pancarta, como ha hecho el Gobierno de España con su ‘welcome refugies’ y luego nada, o acogiendo a barcos como el Aquarius con festejos y paellas, aunque luego la realidad ha sido que cuando se pidió que esa solidaridad se transformara en cupos, España fue un mal ejemplo, porque acogió a unas 1.000 de las 18.000 personas” que se le asignaron.

Gabriel Mato admite que “Europa ha mirado para otro lado y no ha afrontado este tema con decisión”. A su juicio, “lo primero que tenemos que hacer es invertir claramente en los países de origen y de tránsito, pero no va a ser fácil porque dentro de la UE hay tres tipos de países con concepciones distintas sobre lo que es el problema de la inmigración: los que estamos en primera línea, los receptores, que queremos que se resuelva un problema grave que afecta a personas; los que quieren que no les molesten, porque no son receptores en primer término; y los que no quieren más que poner fronteras”.