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Consejo de Gobierno | Nombramientos en Sanidad tras la dimisión por el ‘caso mascarillas’

Torres mantiene al equipo de Conrado Domínguez en el Servicio de Salud

El Ejecutivo pone a Elizabeth Hernández al frente del SCS, mano derecha del exdirector | Sanidad frena un amago de dimisión en bloque de los altos cargos

Elizabeth Hernández, nueva directora del Servicio Canario de Salud. Gobierno de Canarias

La vacante dejada por Conrado Domínguez tras su cese al frente del Servicio Canario de Salud (SCS) será ocupada por su mano derecha en el organigrama del ente sanitario. La hasta ahora directora general de Programas Asistenciales, Elizabeth Hernández González, fue designada ayer por el Consejo de Gobierno directora del SCS para los seis meses que restan de legislatura, mientras que para el puesto que deja ha sido nombrada Rita Tristancho, hasta ahora jefa del servicio de Sistemas de Información y Calidad de la Dirección General de Programas Asistenciales, es decir, del mismo departamento que ha dirigido Hernández.

Con estos nombramientos se mantiene el equipo directivo del SCS diseñado por Conrado Domínguez cuando accedió en 2020 al puesto que ya ocupó en la anterior legislatura, con CC al frente del Ejecutivo. El riesgo de que hubiese una dimisión en bloque del equipo directivo de Sanidad si no se mantenía la estructura actual estuvo sobre la mesa, lo que hubiese supuesto una parálisis absoluta del SCS a seis meses de finalizar la legislatura. De hecho, Domínguez ha sido el principal defensor de que fuera Hernández la persona que le sustituyera al frente del Servicio para evitar el desmantelamiento del equipo directivo nombrado por el exdirector en 2020 cuando volvió al cargo y que es bastante similar al que tuvo entre 2017 y 2019.

En este sentido, Elizabeth Hernández ocupó el mismo puesto de directora general de Programas Asistenciales entre 2017 y 2019 con Domínguez como director del SCS. De esta forma se mantiene la columna vertebral de la dirección pese a la salida de Domínguez y se garantiza la continuidad al trabajo que se ha realizado hasta ahora.

El cambio al frente del órgano público que maneja más fondos y personal de la Comunidad Autónoma no ha estado exento de forcejeos y algunas tensiones entre los socios de gobierno. Tras el cese de Conrado Domínguez por la investigación del caso mascarillas el equipo de Román Rodríguez puso sobre la mesa para sustituirlo el nombre de José Julián Isturitz, actual director general de Patrimonio pero con experiencia en la gestión sanitaria y persona de la máxima confianza del vicepresidente del Gobierno. Recientemente las discrepancias entre Isturitz y Elías Castro acabaron con la dimisión de éste último, afiliado del PSOE, como gerente de la empresa pública Gestión de Servicios para la Salud y Seguridad en Canarias (GSC), donde están incluidos servicios esenciales como el 112. Este intento de bloqueo del nombramiento de Hernández y la designación de Isturitz fue el que motivó el peligro de una desbandada en el SCS con la dimisión de los cargos puestos por Domínguez, entre ellos el de la propia Elizabeth Hernández.

Perfil técnico

Asimismo, desde los diferentes ámbitos profesionales y sindicales de la sanidad canaria se había demandado al Ejecutivo un perfil técnico, vinculado a la casa y que estuviera al día de todos los asuntos importantes del departamento para evitar interrupciones y problemas a estas alturas del año, cuando ya los partidos se encuentran en precampaña y la imagen del Gobierno puede quedar maltrecha por el caso mascarillas y la dimisión de Domínguez.

Por eso estaban en cartera los altos cargos de la Consejería o un gerente de algunos de los hospitales canarios y entre las preferencias figuraba la finalmente elegida directora del SCS. Los sindicatos y los profesionales sanitarios temían que cuestiones medulares como la estabilización del personal sanitario, la gestión del presupuesto de 2023 o las diferentes retos a los que se enfrenta el SCS en la gestión de la pandemia pudiesen verse afectados. Varios de los sindicatos mayoritarios de la sanidad pública no esconden su valoración positiva sobre la gestión de Conrado Domínguez tanto en su primera etapa como ahora desde 2020, cuando la crisis de la pandemia motivó la destitución de Teresa Cruz y todo su equipo y el nombramiento de Blas Trujillo. Éste nombró director del SCS a un hombre de su confianza, Alberto Pazos, que apenas duró tres meses en el cargo y finalmente fue Domínguez el que volvió al puesto, aunque ya estaba al frente del comité técnico de gestión de la pandemia. En su regreso reestructuró el organigrama del SCS y designó a muchos de los que le acompañaron en la legislatura anterior, entre ellos Elizabeth Hernández.

Al comunicar los nuevos nombramientos, el portavoz del Gobierno, Julio Pérez, dijo ayer que Hernández conoce los programas que están ejecutándose, por lo que se trata de «asegurar que se lleven a cabo como estaba previsto porque los conoce bien». Con los seis o siete meses que quedan de legislatura el trabajo de la nueva directora del SCS es «culminar el trabajo que se ha estado haciendo hasta ahora y atender a la transformación del servicio, el refuerzo de Salud Pública y la demanda de la asistencia», remarcó Pérez.

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