Entrevista | Dani Madrid-Morales Profesor de la Universidad de Sheffield (Reino Unido)

Dani Madrid-Morales: «China y Rusia son muy activos en dar noticias falsas en África»

El profesor de la Universidad de Sheffield y experto en desinformación en África da una conferencia este jueves en Casa África/ "En los países africanos está calando la narrativa de que la guerra de Ucrania es culpa de la OTAN», afirma

Dani Madrid-Morales, profesor Universidad de Sheffield (Reino Unido) .

Dani Madrid-Morales, profesor Universidad de Sheffield (Reino Unido) .

Dani Madrid-Morales (Barcelona, 1980) es un especialista en la desinformación y las noticias falsas que se expanden por África y, más ahora, con las redes sociales. Profesor de la Universidad de Sheffield (Reino Unido), ofrece este jueves una conferencia en Casa África sobre ‘Geopolítica de la (des)información en África’. 

¿Qué países están creando un desorden informativo, noticias falsas o bulos en África?

Con la llegada de las redes sociales y la telefonía móvil se abre una vía para que actores que no tenían presencia encuentren un ámbito donde distribuir sus mensajes. Las potencias extranjeras, China y Rusia, principalmente, son muy activos en esa desinformación y también usan los medios tradicionales. China, por ejemplo, lleva ya quince años en África y ha conseguido un espacio para sus propios medios informativos, ya sea la televisión, la radio, las redes... Están distribuidos por muchos países africanos y lo hacen en lenguas locales. El caso más evidente de desinformación es con el tema del covid, cuando China quiso sembrar un poco de duda del origen del virus y dijeron que por qué no podía ser que el origen del virus viniese desde un centro militar que había en el sur de Estados Unidos, y se aprovecharon de esos canales.

¿Qué interés tiene China en ese despliegue en África?

Evidentemente hay un elemento geopolítico, en el sentido de que quiere crear alianzas y desestabilizar un poco la relación que muchos países africanos tienen con Estados Unidos, porque ha habido una dependencia de estos países con Estados Unidos Francia o Reino Unido por temas coloniales, y China quiere posicionarse como la alternativa que da posibilidades diferentes. China empezó con esta difusión en 2004 y se encontró que parte de la población estaba un poco negativa hacia China porque pensaban que estaban allí para explotar los recursos de África, e intentaron contrarrestar el mensaje. Con los años esto ha ido cambiando, China ha reducido sus inversiones y ahora está más centrada en esta lucha de poderes que tiene con Estados Unidos que algunos le llaman la Segunda Guerra Fría.

¿Cuándo llega Rusia a África con estas falsas noticias?

Rusia ha venido más tarde, sobre todo con el grupo de mercenarios Wagner que fue a luchar en la zona del Sahel, y han entrado a través de redes sociales creando páginas de Facebook que distribuyen información prorusa.

¿Se ha notado esa desinformación con la guerra de Ucrania?

En la guerra de Ucrania lo que ha pasado con Rusia es que ha intentado imitar el modelo chino para hacer llegar sus canales de información a África y han conseguido que algunas de las ideas de Rusia hayan calado, como que la culpa es de la OTAN y que si se han subido los precios de los alimentos es porque se está sancionando a Rusia.

¿Realmente están calando en África estos mensajes?

Sí. Nosotros hicimos una encuesta en Angola, Etiopía, Sudáfrica y Zambia y en todos esos países entre el 60% y el 65% de los encuestados cree que es verdad que la guerra en Ucrania es por culpa de la OTAN. El mensaje está calando y hay que tener en cuenta que en muchos países africanos hay un sentimiento antiamericano muy fuerte y Rusia se presenta un poco como esa potencia contra Estados Unidos y la idea le gusta a la gente.

En países africanos está calando la narrativa de que la guerra de Ucrania es culpa de la OTAN

¿Qué pasa con los actores tradicionales de difusión?

Las potencias tradicionales, Estados Unidos, Reino Unido o Francia tienen como siempre sus cadenas de televisión, radio o redes y hacen el periodismo de toda la vida, de más calidad y es mucho más crítico. Pero pasa que, por ejemplo, la radio francesa al hablar de corrupción de un gobierno les acusan de desinformación y les prohíben emitir en el país. El problema es que se instrumentaliza este concepto de desinformación y a todo lo que a uno no le gusta se le acusa de noticias falsas. Pasó en Etiopía donde los medios extranjeros que no favorecían al gobierno le retiraron la licencia para cubrir la información. China, en ese sentido, es totalmente acrítica con los gobiernos y su misión es vender que China esta promoviendo el desarrollo en África, está consiguiendo las infraestructuras y demás, y Rusia igual, se dedica a promover la narrativa de que Rusia no es culpable en la guerra de Ucrania y, sobre todo, a acusar a Estados Unidos.

¿La desinformación influye en los procesos electorales de África?

Uno de los casos más claros es en Kenia. El año pasado hubo elecciones y se acusó a todos los partidos políticos de haber creado grupos de pequeños influencers para difundir noticias falsas, por ejemplo a través de Tik Tok o WhatsApp. Intentaron influir en la opinión pública y criticar a los candidatos de los partidos opuestos.

Otro de los problemas es el uso de las noticias falsas por parte del terrorismo islámico.

Se sabe que los terroristas en el Sahel han usado redes sociales en Facebook o YouTube para promover sus mensajes pero no hay potencias extranjeras detrás.

¿Qué solución ve usted para el control de esta desinformación?

Las soluciones son tres: una, formar a la población para que la gente sepa lo que es verdad y lo que es mentira desde pequeños y para entender cómo son los medios de comunicación; dos, potenciar los medios de comunicación críticos independientes y de calidad, que no todos los países los tienen; y la tercera opción es que en las redes sociales haya una inversión realmente de las plataformas para sacar la desinformación de sus plataformas. En Facebook y Twitter tienen equipos masivos para controlar los contenidos y decir lo que es verdad y mentira, pero en muchas de las lenguas africanas no tienen ninguna capacidad. Facebook no hace ese control en ninguna de las lenguas que se quiera escoger del continente africano y eso se ha criticado mucho en la plataforma. Pero todo es a largo plazo.

¿Cómo se interesó usted por todos estos temas?

Estudié periodismo e hice un doctorado en medios chinos en África y pasé un año y medio entre Kenia y Sudáfrica estudiando. Quería saber por qué China estaba ahí, por qué estaba invirtiendo en un continente de donde la mayoría de los países se habían ido y desde entonces China ha ido creciendo, porque mientras las agencias Reuter y France Press han ido cerrando sus oficinas en muchos países, China ha abierto las suyas y ha habido un cambio de fuerzas. Los que tenían capacidad de influir en las agendas mediáticas se han ido yendo y han ido llegando nuevos actores y eso cambia el esquema de fuerzas: no es lo mismo que China te explique lo que está pasando en Ruanda o Somalia que te lo explique Reuters. Muchos países europeos no pensaron nunca que esto fuera algo que tiene que formar parte de su política exterior, pero China y otros países lo han visto de forma diferente, que es parte de sus política exterior y que influye en la opinión pública.

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