El alegre, dialogante, culto y carismático Saavedra

Último adiós al primer presidente de Canarias en el Salón Dorado de las Casas Consistoriales

Llegada del féretro de Jerónimo Saavedra al Cementerio de Vegueta

C. E. P.

Julio Gutiérrez

Julio Gutiérrez

Centenares de amigos, familiares y ciudadanos anónimos acudieron durante la mañana del miércoles a la capilla ardiente instalada en el Salón Dorado de las Casas Consistoriales para rendir el último tributo a Jerónimo Saavedra, fallecido el martes. Su talante y la capacidad que exhibió para el diálogo y la construcción de puentes fueron dos de las características que más destacaron al describir a un hombre de vasta cultura que gustaba de divertirse y es ya parte de la historia.

Amigos, familiares o simplemente ciudadanos del común poblaron durante la mañana del miércoes la capilla ardiente instalada en el Salón Dorado de las Casas Consistoriales para despedir a Jerónimo Saavedra. Fueron mayoría sus correligionarios, pero no faltaron representantes de formaciones rivales, que también quisieron dar el último adiós a un oponente en las formas pero un caballero colmado de mesura en el fondo.

Más allá de los logros políticos –presidente autonómico, ministro y alcalde–, fueron su «humanidad», «alegría» y el modo tranquilo y certero que tenía para afrontar el día a día las cualidades que en mayor medida destacaron quienes se apuntaron a participar en el homenaje.

Salida de las Casas Consistoriales del féretro de Jerónimo Saavedra

Andrea Saavedra

«¿Que si lo conocí? Sí, por la tele», explicó Cristina Suárez –«me tienen prohibido decir la edad»– tras abandonar el edificio noble de la plaza de Santa Ana. Nunca tuvo una relación personal con el fallecido, pero «la humanidad que transmitía» le convenció de que tenía que ir en persona a dar el último adiós a un «político que mostró cómo se deben hacer las cosas». Su manera de afrontar la política, anteponiendo «la caballerosidad a la discrepancia», como enfatizó la también exalcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria, Pepa Luzardo (PP), fue otra de las cualidades más reiteradas.

«¿Que si lo conocí? Sí, por la tele»

Cristina Suárez

— Vecina de Las Palmas de Gran Canaria

Ella y su compañera de partido Australia Navarro coincidieron en el lamento por la «marcha de un amigo». Y aunque ambas formaciones vivieran instaladas «en las antípodas», señaló la segunda, «siempre había lugar para la comunicación». Y de ese debate surgían soluciones «en las que nadie ganaba del todo y tampoco nadie salía derrotado por completo», añadió el expresidente de la patronal de Las Palmas y empresario Sebastián Grisaleña.

¿Y qué ocurría si el resultado quedaba manifiestamente alejado de su posición de partida? «Era muy deportivo. Mira que también le di caña», no ocultó una Pepa Luzardo que comandó la oposición tras tener que cederle la vara de mando; «pero en lo personal era muy cariñoso».

Aflojar la corbata

El bagaje político y cultural del desaparecido político es ciclópeo. Sin embargo, una y otra vez todos los requeridos para glosar su figura terminaban en el hombre, como si la propia existencia de Saavedra fuera lo que más les impresionó de él. No es que negaran la colección de resultados que alumbró su manera de hacer política, pero ayer tocaba abordar el análisis de la persona, el del Jerónimo Saavedra en el instante en que las obligaciones le permitían aflojar el nudo de la corbata. 

¿Cómo era en ese momento? «En ese, y en todos, un señor», relató Blanca Santana, que trabajó con las primas del fallecido «unos diez años» y tuvo «el placer de conocerle» en las «muchas veces» que se refugiaba en el entorno familiar «para comer» en torno a una mesa que acababa desbordada por las anécdotas, las risas y, sobre todo, «el cariño».

"Se integraba en el grupo y se divertía como el primero"

Ismael Santana

— Vecino de Los Portales (Arucas)

Dio fe también de ese carácter afable y tedente a la risa sincera, Ismael Cabrera (59 años). Este «socialista de toda la vida» de Los Portales (Arucas) compartió momentos festivos con Saavedra, a quien recuerda como «muy simpático, agradable y carismático». Una persona que prescindía de atrincherarse en su vasta cultura en favor de la plena integración «en el grupo» para ser «uno más y divertirse como el primero».

El afecto y respeto que repartió el primer presidente de la Comunidad Autónoma de Canarias asomó de vuelta en el libro de condolencias dispuesto a la entrada del Salón Dorado. Con el paso de las horas, sus páginas fueron perdiendo el color blanco en favor de las muestras de respeto. 

"Descansa en paz allí donde la marea rompe en la vieja muralla"

Mensaje dejado en el libro de condolencias

«Vegueta siempre se honró de acoger en su seno la enseñanza y la cultura. Descansa en paz allí donde la marea rompe en la vieja muralla» o «que la tierra te sea leve, a ti y a tanto socialista perdido en el camino» son solo dos ejemplos de los tributos que la ciudadanía rindió por escrito.

El cronista oficial de Las Palmas de Gran Canaria, Juan José Laforet, aseguró la presencia de la figura del fallecido político en los futuros –casi presentes– libros de Historia. «Jerónimo Saavedra es representativo de un tiempo y un devenir en que Canarias cambió sustancialmente y afrontó un nuevo tiempo y una nueva era», explicó. O, más claramente, si nadie pone en duda la relevancia «de León y Castillo» en su tiempo, tampoco ahora cabrá hacerlo con la del político fallecido.

"Un verdadero humanista"

Lo afirmó así quien tuvo la oportunidad de compartir vecindario con «un verdadero humanista que gustaba de disfrutar el momento y la conversación». Y así lo describió también Otilia Pérez (65 años), hija de quien fuera senador tras las elecciones generales de 1982 Francisco Pérez. El acceso de su padre a la Cámara Alta provocó la habitual presencia en la casa familiar de un Jerónimo Saavedra que hablaba «de política sentado a la mesa» y siempre se mostró «entrañable y cercano». 

Capaz de tomar las ideas de otros, analizarlas y rebatirlas, pero siempre guardando las formas, no entendía cómo los políticos de hoy en el ámbito nacional se permitían laminar el menguante crédito que la ciudadanía otorga a su labor. «Hace dos semanas me lo encontré en un concierto. Aludí al lío que está montado en Madrid e hizo un gesto como diciendo, qué le vamos a hacer», narró Pérez.

"Juan Rodríguez Doreste y Jerónimo fueron mis maestros"

Juan Alemán

— Expresidente de las agrupaciones socialistas de Las Palmas de Gran Canaria y de Gran Canaria

Junto al padre de Otilia también arribó al Senado subido en la ola felipista otro histórico socialista y excalcalde capitalino, Juan Rodríguez Doreste. «Él y Jerónimo fueron mis maestros», detalló Juan Alemán (83 años), expresidente de las agrupaciones socialistas «local e insular». Del recientemente fallecido destacó su sencillez y la exigencia en el quehacer político –«le gustaban las cosas bien hechas»–, y lo «maravilloso» que era «en lo personal».

En el ámbito sindical tomó contacto con él José Santana (85 años), miembro de UGT hoy jubilado y funcionario del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria durante 35 años. «Hoy los políticos son muy agresivos, su talante era muy distinto», subrayó.

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