De obispos y comunistas

Juan Rodríguez Betancor, el padre de Pablo Rodríguez, fue un histórico militante del PCE en Telde perseguido, detenido, torturado y desaparecido

Foro PRENSA IBERICA con Pablo Rodríguez

Foro PRENSA IBERICA con Pablo Rodríguez / Andrés Cruz

Antonio Cacereño

Antonio Cacereño

Tengo a Pablo Rodríguez por hijo de un hombre desaparecido y vuelto a la vida -nada que ver con Pedro Sánchez- y nieto de una mujer a la que el obispo Pildain Zapiain comparó con María, la madre de Jesús. Juan Rodríguez Betancor fue un histórico militante del PCE en Telde perseguido, detenido, torturado y desaparecido. Por suerte, entre comillas, lo desaparecieron en un calabozo militar de La Isleta hasta que se le quitaron las marcas de la paliza que le dieron en el actual edificio de la Delegación del Gobierno en Canarias, en la Plaza de la Feria, donde se encontraba la sede de la Brigada Político y Social.

Fueron veinte días eternos para su familia. Su madre movió cielo y tierra y recurrió al obispo para saber de su hijo. Cuando finalmente apareció, ella acudió a Monseñor Pildain Zapiain a agradecerle el interés y las gestiones hechas por conocer el paradero de Juan. El obispo le contestó: «Cuando llegué y la vi ahí sentada entre lágrimas y luego me contó, sentí estar viendo a María preguntando por su hijo, Jesús».

De Pildain Zapiain, que prohibió entrar a Franco bajo palio en la Catedral porque aquel día le daban una fiesta en la ciudad, creo que en el Gabinete Literario, y las propias normativas franquistas impedían abrir las puertas del templo los días de baile o que prohibió a las mujeres usar bañador en la playa de Las Canteras; y de Juan Rodríguez Betancor, que estuvo en el batallón de castigo en Cabrerizas una mañana tras otra retirando la arena que el viento acumulaba en una pared y que apostó por ubicar el campus de la ULPGC donde sus entonces socios de la izquierda nacionalista canaria finalmente colocaron el hipermercado de una multinacional, una gran tienda de muebles de otra multinacional -en la ciudad del mueble. O sea, donde más pequeños comercios de muebles había-, una hamburguesería y una bolera y con el que viajé por la sahia hasta el Fuerte Chacal junto a un hombre que tenía seis dedos, puro realismo mágico…; podríamos seguir hablando largo y tendido. Pero este lunes fue un día para escuchar a Pablo Rodríguez Valido, consejero de Obras Públicas, Movilidad y Vivienda del Gobierno de Canarias.