Entrevista | Efraín Medina Consejero de Empleo, Educación y Juventud del Cabildo de Tenerife

Efraín Medina: «No podemos perder nuestra artesanía porque nos identifica como territorio»

«La actividad artesanal es parte del legado de nuestros antepasados, la herencia de las personas que ya nos dejaron», señala el consejero del Cabildo de Tenerife

Efraín Medina.

Efraín Medina.

Miguel Ayala

Miguel Ayala

Cuenta Efraín Medina (La Gomera, 1962) que la lejanía con Canarias durante sus años como migrante en Venezuela le sirvió para «valorar lo nuestro». El actual Consejero de Empleo, Educación y Juventud del Cabildo de Tenerife reconoce que aquella distancia fue primordial cuando, tras regresar al Archipiélago e iniciar su carrera política, decidió incluir la defensa y protección de las tradiciones de las Islas entre sus prioridades, otorgando un especial interés a poner en marcha diversas acciones dirigidas a impedir la desaparición de los oficios artesanos, aquellos que otros migrantes canarios describían durante el periplo venezolano del joven Medina como una de las principales fuentes de ingresos utilizadas por la paupérrima clase baja del Archipélago para alimentar a sus humildes familias. «La artesanía en Canarias tiene rostro de mujer», afirma sobre el papel que durante décadas jugaron «estas luchadoras», dice Medina, en el desarrollo de nuestra región.

Más allá de las consecuencias que para pequeños comerciantes de las Islas pueda generar la desaparición de actividades artesanales, ¿qué supone para una región tan singular como Canarias la pérdida de esos oficios vinculados a la identidad histórica del Archipiélago?

Es un riesgo que no nos podemos permitir porque forman parte del legado de nuestros antepasados. Los oficios artesanos nos identifican como territorio. Es la herencia que han dejado las personas que nos dejaron. Afortunadamente, hoy los cabildos trabajan en la recuperación, divulgación e investigación de los oficios que corren este riesgo. Es nuestro patrimonio

¿Cuáles son las artesanías más características en la Historia de nuestra región?

Diría que la alfarería, por ser el oficio más antiguo del que podamos tener referencia; la cestería y todos los oficios de fibra vegetal, la tejeduría y el trabajo de la lana, así como los diferentes calados, bordados y la roseta. Esos son algunos de nuestros oficios históricos aunque hay muchísimos más en el catálogo de artesanía de nuestras Islas.

¿Hay en concreto algún área en especial que, comparada con el resto, corra más peligro de desaparecer?

Oficios artesanos como la albardarería o la cestería, y todo lo que conlleve utilizar material vegetal, tenemos que cuidarlos y protegerlos. Igualmente la tejeduría es otra actividad que debemos investigar y proteger, así como aquellos relacionados con nuestra vestimenta tradicional y sus accesorios

Usted es sin duda uno de los políticos canarios que más y con mayor empeño ha defendido la supervivencia de la tradición artesanal de las Islas. ¿Cuándo y cómo tuvo conciencia de la delicada situación que corría el gremio de la artesanía?

Desde que entré en el año 2007 al Cabildo de Tenerife, entendí la importancia de trabajar la artesanía desde una óptica de desarrollo económico, protegiendo los oficios pero innovando. Comprendí que la artesanía debería ser de uso cotidiano y por ello elaboramos el Plan Insular de Apoyo al Sector Artesano. Este plan incluso fue presentado a los países de Mercosur y posteriormente no paramos de trabajar junto al sector hasta que nuestra labor se vio recompensado con el Premio Nacional de Artesanía. Aún queda mucho camino por recorrer aunque es evidente que muchos oficios artesanos han crecido cualitativamente. Creo que, además, al haber sido emigrante pude darle desde la lejanía un inmenso valor a todo lo nuestro. 

En su trato directo con estos hombres y mujeres durante tantos años habrá conocido de primera mano historias o situaciones cuanto menos emotivas de estas personas ante el temor de ver cómo su medio de subsistencia queda en el olvido. ¿Hay alguna que en especial le haya sobrecogido?

Claro que hay historias muy emotivas. Recuerdo mucho la situación de muchos artesanos en la pandemia. Se quedaron sin nada: sin ferias, sin producción, sin ventas... Fueron los grandes olvidados de las instituciones públicas. También afloró la solidaridad entre el sector, que creó la plataforma SOS Artesanía para demandar un trato igualitario porque en Canarias hubo muchas mujeres, que ya no están entre nosotros, que fueron grandes luchadoras y gracias a su labor en los oficios artesanos mantuvieron a sus familias mientras sus maridos habían emigrado. Sin duda alguna, la artesanía de nuestro Archipiélago tiene rostro de mujer. 

De mi experiencia en este secor guardo también anécdotas divertidas como la que contaba la fallecida maestra rosetera Clarita Cano, de Vilafror (Tenerife), de Vilaflor, cuando Carmen Polo de Franco, en un viaje a Madrid de la artesana tinerfeña junto a Acción Católica, se empeñó en quedarse la mantilla de roseta que llevaba Clara y, por más que la mujer de Franco, insistió... La mantilla regresó junto a su dueña a Tenerife. Me he reído mucho también con las vivencias de mis artesanas y artesanos. Pedro Benitez, maestro alfarero, acumula también muchas historias divertidas.

¿Qué medidas se han puesto en marcha para proteger este sector?

Primero debemos entender que durante los últimos años ha cambiado todo, incluso hasta la manera tradicional de comercializar. De ahí que hayamos sido tan ambiciosos a la hora de dotar al Plan de Apoyo al sector artesano de distintas líneas de acción como la formación, nuevas vías de venta, estrategias de marketing exclusivas para la artesanía, empoderamiento del sector, ayudas a la comercialización, trabajo a nivel transversal... Se trata de un trabajo con claros objetivos y en eso juega un papel fundamental la Empresa Insular tinerfeña de Artesanía donde el diálogo y el conocimiento de las necesidades del sector es siempre nuestra principal premisa.

¿Percibe en otras administraciones locales, insulares y regionales sensibilidad similar a la suya y la de su equipo para impedir que la globalización borre de un plumazo ese tipo de negocios cuya presencia casi se ha limitado a los negocios de souvenirs?

La artesanía y sus oficios siempre pervivirán. Es cierto que debemos adaptarnos y conseguir nuevos nichos de mercados allá donde los haya; estar atentos a qué nos pide el consumidor y atender su demandada. Creo que, en ese sentido, las administraciones insulares o locales debemos tener menos tutelaje y más diálogo. Los artesanos conocen mejor que nadie sus necesidades y desde las instituciones públicas, para la consecución de los objetivos, tendríamos que ir en la misma dirección. Los cabildos insulares hablamos mucho entre nosotros y una comisión técnica se reúne, además, de forma regular con el Gobierno de Canarias aunque, personalmente, yo abogaría siempre por una comisión técnico-política. Los responsables políticos al frente del sector en la Comunidad Autónoma son también muy sensibles con el sector; me atrevo a asegurar que, entre todos, mejoraremos el desarrollo de nuestra artesanía.

¿Pasa la pervivencia futura en Canarias de las actividades artesanales por despertar el interés de las nuevas generaciones como agentes renovadores que sumar a este sector?

Sin duda. Tenemos que hablar de diseño artesano, de innovación, de que la artesanía tradicional pueda innovar como pasa en otros lugares y también aquí en Canarias, de abrir mercados... Hace unos días, Rosa Dávila, presidenta del Cabildo de Tenerife, descubrió en la Feria Comarcal de Arafo unas inmensas lámparas que por encargo de una prestigiosa cadena hotelera ha desarrollado para ellos un artesano de Tenerife especializado en fibra vegetal. 

Rosa Dávila nos indicó que para lograr que la artesanía canaria genere valor añadido, estatus y presencia, además de que en la defensa de este legado identitario continúen siendo imprescindibles en las Islas distintas iniciativas políticas para proger todo lo nuestro, esa es la dirección que debemos seguir transitando. Particularmente, estoy contento de que tras cuatro años en labores de oposición me hayan encomendado continuar trazando estas líneas de actuación dirigidas a potenciar nuestra artesanía. No engaño nadie cuando digo que me hace muy, muy feliz.