El Gobierno abre la puerta a que Mogán establezca su tasa turística

Onalia Bueno defiende sus competencias para aplicar un gravamen a las pernoctaciones

Onalia Bueno, alcaldesa de Mogán.

Onalia Bueno, alcaldesa de Mogán. / Lp

El Gobierno de Canarias abre la puerta a la tasa turística sobre las pernoctaciones que quiere impulsar Mogán. Sería el primer municipio en España en establecer un gravamen de estas características. Según el portavoz del Ejecutivo, Alfonso Cabello, los cabildos y ayuntamientos tienen «autonomía» para decidir sus propias tasas por unos servicios que se prestan a la actividad turística. Pone como ejemplo el Cabildo de Tenerife, que ya ha anunciado que va a cobrar a partir de enero de 2025 a los visitantes por acceder a determinados espacios naturales, algo que ya sucede, por ejemplo, en algunos puntos en Lanzarote, remarca.

Por tanto, el portavoz deja claro que este es un tema que no está cerrado en el pacto de Gobierno ­–el PP está en contra de cualquier gravamen– y resalta que los municipios e islas tendrán aún mucho que decir. Contesta así, de una parte, a ayuntamientos como el de Las Palmas de Gran Canaria o Santiago del Teide, que han pasado la pelota al tejado del Gobierno canario al entender que esta es una competencia autonómica; y de otra parte, recuerda precisamente el establecimiento de tasas como la que está en debate será uno de los asuntos a abordar en los grupos de trabajo creados tras la Conferencia de Presidentes de Canarias. Ese será el foro para hablar de cualquier modelo «sin líneas rojas», subraya, que tenga como objetivo redistribuir la riqueza que genera el turismo.

Con todo, cree Cabello que los alcaldes pueden aprobar una tasa por los servicios públicos que prestan, es decir, cobrar un gravamen por pernoctación a los turistas para invertirlo en servicios complementarios como alumbrado o aceras, o lo que es lo mismo, infraestructuras de las que se benefician los visitantes.

Ayuntamiento de Mogán

El Ayuntamiento de Mogán lo tiene claro: «el modelo por el que ha optado es considerar contribuyente a toda persona que se aloje en estos establecimientos –hoteles, apartahoteles, campings, viviendas vacacionales, etcétera–», apuntó ayer la alcaldesa Onalia Bueno. De esta forma, el turista abonaría una tasa por cada noche en el municipio, pudiéndose establecerse un número máximo de noches u otro tipo de exenciones que, al igual que la propia cuota, se encuentran aún en estudio, precisó Bueno.

El pago lo realizarán los turistas directamente a estos establecimientos y serán los propietarios o titulares de los mismos los que, a través de la Oficina Virtual Tributaria ya existente, ingresen las cantidades correspondientes, previsiblemente de forma trimestral, al consistorio, que además habilitará una función inspectora para controlar que efectivamente se está llevando el cobro de la tasa.

En España no existen precedentes de municipios con una tasa por prestación de servicios públicos al turista. Hasta el momento hay una regulación en Cataluña y Baleares, que establecen no una tasa sino un impuestos, la llamada ecotasa, y que han sido aprobados por sus correspondientes gobiernos autonómicos, que son los que tienen la competencia legal para crearlos y regularlos.

La propuesta de Bueno se ampara a Ley de Hacienda Locales, que en su artículo 20 recoge que las entidades locales pueden establecer en virtud de su autonomía tasas por la prestación de servicios públicos. Actividades de carácter municipal «que se refieran, afecten o beneficien al obligado tributario, y que en este caso concreto, sería el propio turista», indica el ayuntamiento en un comunicado.

Onalia Bueno sostiene que las administraciones locales de municipios turísticos realizan una inversión superior en infraestructuras, en su mantenimiento y en servicios, como los de limpieza o jardines. Así, el objetivo de la tasa turística en la que trabaja el municipio es que ese sobreesfuerzo que realiza en favor de la actividad turística no sea asumido solo por los residentes, sino que los propios visitantes del destino, que llegan al millón anual, contribuyan a financiar estos servicios de los que se benefician durante su estancia.

Otros municipios turísticos no comparten esta visión, como San Bartolomé de Tirajana o Santiago del Teide. Creen que una tasa así grava aún más al turista con impuestos que no harían más que agravar el problema del superávit de recaudación por el IGIC, que no pueden invertirlo por la regla de gasto estatal.