Este es el disfraz más polémico en lo que llevamos de Carnaval en Canarias

Ha generado un debate sobre la libertad de expresión y si todo está permitido

Este es el disfraz más polémico en lo que llevamos de Carnaval en Canarias

Los orígenes del carnaval se remontan a las antiguas noches. Los antecedentes de esta celebración se encuentran en la Dionisia griega o en la celebración romana Satunarle. Protegido por máscaras y disfraces, el carnaval fomenta la libertad y la transgresión, la crítica al poder, la habitual inversión de roles, y deja volar la imaginación, permitiendo que murgas y comparsas canten letras irónicas y ocurrentes. Durante siglos, el Carnaval ha significado la alegría, la exaltación de los sentidos y el alboroto previo a la Cuaresma.

Fiel a este principio, un carnavalero ha salido a la calle disfrazado del dictador Francisco Franco desfilando al ritmo de Calle 13. Como el propio hombre dijo, se atavió de El Caudillo a modo de parodia.

Esto ha generado debate y todo tipo de opiniones. Hay quienes se lo han tomado como humor, pero otros han asegurado que todo tiene un límite y consideran este disfraz de mal gusto.

Este es el disfraz más polémico en lo que llevamos de Carnaval en Canarias

Este es el disfraz más polémico en lo que llevamos de Carnaval en Canarias / LP/DLP

Cabe recordar que el dictador y el Carnaval nunca se llevaron bien. En 1937 se emitió un decreto que prohibía la celebración del carnaval en todo el país. La excusa oficial para esta medida fue la necesidad de austeridad durante tiempos de guerra, pero de acuerdo a los historiadores la intención del franquismo era censurar a esta fiesta de orígenes paganos y donde el descontrol de las festivadades podían generar sentimientos de críticas al gobierno y los individuos no podían ser identificados gracias a las máscaras y disfraces típicos del carnaval.

Después de terminada la guerra, la prohibición continuó por varios años, pero algunas ciudades encontraron formas de continuar con sus celebraciones: haciéndolas en clubes o casinos privados o cambiándoles el nombre por “fiestas de invierno”. En 1948, se permitió que estas fiestas se volverían a realizar en la calle de forma moderaba y bajo mucho control del gobierno, pero la palabra “carnaval” aún estaba prohibida.

Sábado de Piñata sin precedentes

Al término del Sábado de Piñata se impone una pregunta que ya se ha convertido un tópico, con la salvedad de las ediciones de la pandemia: ¿Participó más gente que en 1987, cuando Celia Cruz logró reunir a más de 250.000 personas reconocidas en el Libro de los Record Guinness? ¿Más que en 2019, cuando vino Juan Luis Guerrra? Santa Cruz vivió un día enorme; grande por la intensidad de la oferta musical –que comenzó en la plaza de La Candelaria, con Rafael Flores El Morocho y Pepe Benavente–, y que se extendió hasta primera hora de la noche en el escenario de la avenida Francisco La Roche, con Óscar De León, para dar paso luego al treinta aniversario de DJ Jonay.

El alcalde capitalino, José Manuel Bermúdez, confirmó unas 420.000 personas abarrotaron Santa Cruz este Sábado de Piñata. Solo entre las 9:00 y las 20:00 horas se habían registrado un total de 103.038 movimientos de vehículos en la capital tinerfeña; contabilizando una media de tres ocupantes por coche, a lo que hay que añadir los desplazamientos en transporte público, guagua, tranvía y taxis, y los residentes cercanos al Cuadrilátero, la cifra superaría los referidos 420.000 carnavaleros en la calle.

Santa Cruz de Tenerife vivió ayer un día inolvidable, que arrancó en formato musical de Caribe Mix, con clásicos del verano de 2003 como David Civera, al director de Que la detengan; Coyote Dax, con No rompas más mi pobre corazón; el mismísimo King África, y su inconfundible Bomba, o Melodi, y sus Gorilas.