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J. C. Castro
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El resultado marca el deporte. Al menos el profesional. Esa verdad esconde mil aristas, mil matices a su alrededor para teorizar un buen rato. El Granca ayer, después de superar al Bilbao Basket tras un prórroga pesada, difícil y agobiante, se embuchó la primera victoria de la temporada que también podía haber sido una derrota. Hubiera desperdiciado entonces una renta notable, hubiera tenido una noche peor, pero si hay algo de lo que se hubiese dado cuenta también es de que ha recuperado su corazón. Y ese refuerzo de la victoria nunca está de más.
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