Concluida la temporada 2013-14, el contrato de Pedro Martínez con el Granca llegaba a su fin. El consejero de Deportes por entonces, Lucas Bravo de Laguna, consensuó junto al presidente Joaquín Costa la llegada de Aíto García Reneses al club, a diferencia de la estrategia del director deportivo Berdi Pérez.
Corría el verano de 2014 y al entrenador del CB Gran Canaria, Pedro Martínez, se le acababa el contrato con la entidad claretiana después de un lustro al frente de la nave insular en su segunda etapa. En ese momento, entraron en juego tres opiniones de peso para decidir qué hacer con el técnico que debía dirigir al equipo la siguiente campaña: la del director deportivo Berdi Pérez, la del presidente del club, Joaquín Costa, y una tercera que debía avalar la estrategia de ambos en términos económicos, la del consejero de Deportes, Lucas Bravo de Laguna. Todos llegaron a un consenso de una manera u otra alrededor de la figura de Aíto García Reneses, el nombre propuesto para suplir a Martínez.
«La historia que se vendió por entonces fue que yo impuse la salida de Pedro por motivaciones políticas y para nada fue así. La verdad es que sobre la mesa estaba la posibilidad de renovarle, pero Berdi Pérez proponía un solo año y con una rebaja sustancial de sus honorarios. Por otro lado, el presidente Joaquín Costa me comunicó la opción de que Aíto se iba a quedar libre después de su paso por el Sevilla y con la idea de sacar un proyecto de cantera a largo plazo». Con estas palabras inicia explicándose el por entonces consejero del área deportiva del Cabildo y por ende titular de la Fundación Canaria de Deportes, propietaria de la entidad claretiana sobre la situación vivida hace ya ocho años.
Berdi Pérez trazó una estrategia para evitar malas opiniones con la salida de Martínez; al final tuvo que ceder
Al ser cuestionado sobre si las diferencias políticas pudieron motivar la salida de Martínez, Bravo de Laguna las niega rotundamente. «Eso fue algo que le contaron a él y se lo terminó creyendo. Es obvio que tenemos diferentes pensamientos, pero si hubiera querido quitarle por eso podía haber opinado al respecto en 2012 cuando el equipo se salvó en las últimas jornadas», añade el ahora presidente del partido político Unidos por Gran Canaria.
Resuelta la versión ideológica, Bravo de Laguna expone uno de los motivos de peso por los que se optó por el fichaje de Aíto García en detrimento de Martínez. «Berdi dijo que sólo le ofrecía un año por prudencia, para evitar revuelos de que era el club el que iba a optar por prescindir de un entrenador tan importante en la historia del Granca», prosigue, para subrayar que: «Yo por entonces dije que por quien fueran a apostar que lo hicieran por convicción, no por quedar bien».
Repreguntado sobre los mensajes que hizo público por entonces Pedro Martínez en clave política y si eso suscitó algún problema, Bravo de Laguna matiza que lo que él pudo decir en referencia a tales declaraciones fue que «alguien que representa a un club dependiente de una institución pública que está formada por distintas vertientes ideológicas», no le parecía «prudente», pero que «cada uno es libre de poder expresarse como quiera».
De vuelta a cómo se fraguó el fichaje de Aíto, el político incidió en que el momento en el que Joaquín Costa, «una persona que sí tiene amplios conocimientos en baloncesto», propuso que él podía influir en su llegada para poner en marcha el proyecto que traía de la mano para «intentar recuperar la identidad del jugador canario en el equipo como había antes con Berni Hernández o Roberto Guerra», además de «dar un salto de calidad en el equipo», no se dudó, el consenso era mutuo a pesar de la opinión de Berdi Pérez.
«Costa propuso a Aíto y Berdi renovar a Pedro por un año y bajarle los honorarios», explica Bravo de Laguna
Cabe recordar que si bien Aíto utilizó en su primera temporada a una buena serie de canteranos, aunque no estrictamente grancanarios, como Edy Tavares, Moha Barro, Óscar Alvarado, Fabio Santana y Joaquín Portugués; en su segunda campaña el uso de jugadores formados en la Vega de San José fue inexistente.
Al ser preguntado por su opinión al respecto de la situación actual en el tira y afloja entre las partes implicadas en la resolución de la no continuidad de Fisac, Bravo de Laguna tampoco quiso entrar en muchos detalles al no ser parte implícita del club, aunque resaltó que «todos los consejeros quieren ser parte de las decisiones que se tomen, unos se exponen más y otros menos, pero mientras el club siga dependiendo del Cabildo así seguirá hasta que finalmente se venda», que según él, «es la mejor solución para el club».
