«Los agentes de Khalifa Diop nos dicen que las posibilidades de que continúe en el equipo la próxima temporada son mínimas independientemente del puesto en donde acabe en el Draft. Si no va a la NBA la idea es que ejecuten la cláusula de salida». Esa frase se escuchó en el Gran Canaria Arena hace 17 días de boca de Willy Villar. Hoy, tres semanas después el panorama ha cambiado de tal manera que el club ha podido renovar las condiciones económicas del jugador con una subida sustancial y anunciar que se queda hasta 2025.
En medias de estos 17 días ha pasado un Draft de la NBA, en el que el senegalés fue seleccionado en la posición 39 por los Cleveland Cavaliers. Una opción que fue consensuada por la franquicia de Ohio para que el pívot diera un paso hacia un equipo de Euroliga como el Valencia para foguearse y que estuviera vigilado por José Manuel Calderón.
Ahí, el gran valedor de la operación fue Arturo Ortega, uno de los agentes más relevantes del panorama internacional. Él, junto a Omar Sow, el hombre de confianza de Khalifa, son quienes velan por los intereses del jugador.
A su vez, Ortega inició la operación con Valencia para colocar al jugador a las órdenes de Álex Mumbrú, dado que la dirección deportiva del club taronja veía con buenos ojos al igual que el técnico catalán tener a un pívot físico como Khalifa en su plantilla. Era su primera y única opción.
Pero en la sucesión de órdagos e intenciones por parte de todas las partes implicadas en la operación comienzan a aparecer los problemas. El primero y finalmente el gran detonante por parte del Valencia fue la «alta cláusula de salida» del jugador. En el club del Turia consideraban que 650.000 euros no era una cantidad viable e intentaron fórmulas para rebajar tal montante.
Sin embargo, los agentes se negaron a entrar en negociaciones de rebaja dado que eso repercutiría directamente en el cobro de sus comisiones. El reparto de los representantes está fijado sobre un 30% del pago que se efectúe.
En ese tira y afloja respecto a la cláusula de salida empezó a imponerse los deseos del jugador, que no veía del todo claro la opción de irse a Valencia para tener los minutos que le proponía desde la entidad taronja, a pesar de tener que competir solamente contra Bojan Dubljevic –la temporada pasada promedió 22 minutos por partido en la Liga Endesa– en la posición de pívot después de la salida de Mike Tobey.
Las dudas sobre el rol que podría tener con Mumbrú congelaron aun más la negociación con Valencia. Pero de tener que primar un deseo ese no es otro que el de que el propio Khalifa quiere quedarse en la Isla sino es por otro motivo que el de marcharse a la NBA, una opción que de momento no se contempla.
Todo ello acompañado por el consejo de Sow de permanecer también en el Granca hasta que aparezca una opción que valore el pago de la salida del canterano claretiano, ya sea a la NBA o algún equipo europeo que quiera hacerse con sus servicios.
Por ende, uno de los términos que se han renovado en el nuevo contrato de Diop es que los pagos en la cláusula de salida del jugador se han visto incrementadas.
¿El Cabildo al rescate?
Ya desde abril la cuenta anual del Granca comenzó a arrojar síntomas de deudas millonarias. El plan que defendió Enrique Moreno en uno de los consejos de administración celebrados por entonces pasaba por la venta de Olek Balcerowski y Khalifa Diop para paliar el déficit.
Bien, ahora de momento el polaco ha perdido el cartel prometedor que tenía antes de su marcha al Mega Basket, mientras que el senegalés por el momento acaba de elevar sus condiciones salariales de seguir en el Granca. ¿Volverá a pagar la cuenta el Cabildo?
