Estaban todos los condimentos puestos en la mesa para que el Granca le brindara a Taph Savané una victoria acorde a su leyenda como jugador del equipo insular, más allá de su nueva etapa como presidente de la entidad claretiana. El día de la retirada de la camiseta del senegalés en lo más alto del Arena quedó empañada con la derrota en el derbi regional ante el Lenovo Tenerife por 70-86.
Pecó el equipo amarillo de no poder ejercer la garra que siempre puso en la pista el Gran Capitán y con un fatídico último cuarto, en el que encajó un parcial 16-31 en el que se atascó en ataque mientras que el conjunto aurinegro fue en volandas hacia el triunfo comandado por un esplédido Marcelinho Huertas autor de 22 puntos y 4 asistencias, junto a los 19 puntos de Gio Shermadini. Un dúo perenne que sigue trayendo por la calle de la amargura al Granca cada vez que se enfrentan.
A pesar de la derrota, desde el comienzo del encuentro el Granca empezó demostrando que tiene numerosos registros. La baraja de Lakovic cuenta con numerosas cartas con las que ir sacando del mazo a cada situación de juego que se le presenta. Ya no depende solo de la lucidez de sus tiradores e individualidades como la temporada pasada. Ahora genera desde el bote, explota los bloqueos directos, circula el balón con rapidez para encontrar los desparejamientos y así hasta un sinfín de variantes con los que amedrentar a sus rivales en la Liga Endesa.
Porque está claro que el equipo claretiano tiene en mente que los partidos de la competición doméstica son los que importan esta temporada. Solo en comparación al nivel de intensidad que ofrece en la Eurocup con los encuentros de la Liga Endesa deja evidente que el hambre está en casa.
Así, desde el primer aliento en la pista de los jugadores amarillos quedó patente que, acompañado por el ferviente público del Arena, el encuentro lo querían controlar desde el comienzo los claretianos. La salida al parqué se resolvió con un ritmo electrizante, comandado por un enérgico Nico Brussino acertadísimo desde la línea exterior para anotar sus tres primeros intentos de tres puntos.
A cada triple del argentino iba una mirada hacia la grada buscando la complicidad de la Marea Amarilla para que no decayera en ningún instante en sus ánimos. Tuviera cuentas pendientes con el que fuera su equipo hace cuatro temporadas o no, el considerado mejor jugador latinoamericano de la pasada jornada empezó a ritmo de MVP para cerrar el primer cuarto con 23-15 en el luminoso.
Por contra, Txus Vidorreta se entregaba a su plan de siempre. Balón a Marcelinho y que el brasileño invente con Shermadini en la pintura acompañado por el juego abierto de sus exteriores. Así, el pívot georgiano fue el máximo anotador de la primera parte con 12 puntos y el inagotable Huertas sumó ocho para su cuantía.
Los mismos que el último invitado a la fiesta del dentro-fuera del Lenovo Tenerife, Moussa Diagne, quienes anotaron entre los dos jugadores catorce de los últimos dieciséis puntos de los aurinegros para remontar el tanteador a favor chicharrero. Así, el parcial fue de 5 -16 en los últimos cinco minutos del segundo cuarto con el que el equipo tinerfeño consiguió ponerse por delante en el marcador desde el inicial 0-2 y pasar al 39-40 con el que finalizó la primera mitad del choque.
Ritmo lento
Tanta entrega física se desplegó sobre la cancha en la primera mitad que el cansancio pareció aflorar en el comienzo del tercer cuarto. Los errores no forzados se fueron sucediendo por parte de los dos conjuntos y el Granca regaló cuatro balones por seis del Lenovo. Todo ello sumido en un embrollo de parones arbitrales que hizo que las manecillas del reloj dieran sensación de entrar en un letargo en su progreso.
Entre fallo y fallo y sin apenas lanzamientos a canasta, el parcial fue de 15-15 en el periodo para que la diferencia continuara igual que llegado el descanso. Más uno a favor de los aurinegros para el 54-55 y con un gajo de la naranja todavía por desmembrar la afición tenía el deber de reconectarse con el ambiente para ayudar a su equipo hacia la victoria.
Una conexión que nunca llegó en el último cuarto después de que el Granca dejara de creer al entrar en una espiral de desconfianza a cada fallo en sus lanzamientos. De los quince de campo que intentó solo le entraron cinco, dos de ellos triples de AJ Slaughter que fue el único que creía que en algún momento el Lenovo cesaría en su racha de canastas.
Porque si al Granca se le salían los balones desde dentro del aro de forma incomprensible, al Lenovo le pasaba todo lo contrario y si por ejemplo se le iba a acabar el tiempo de posesión y lanzaban a la desesperada, ¿qué ocurría? Canasta. Una suerte demasiado dispar ante la que no pudo sobreponerse el conjunto claretiano y que veía como tenía que entregar el derbi a su máximo rival regional tras un fatídico parcial 16-31.
