El Granca vence al Obradoiro y camina pa’lante (75-68)

Los insulares se anotan el undécimo triunfo de la temporada y cogen un colchón de dos victorias respecto al noveno clasificado | Brussino, máximo anotador con 16 puntos

David Rodríguez

David Rodríguez

 La megafonía del Arena cerró la contienda del choque frente al Obradoiro al son de la canción “caballo camina palante”, acorde al camino que lleva recorrido el Granca en las dos últimas semanas en la Liga Endesa dejando atrás la racha negativa en la que se vio envuelto al ganar por tercera vez consecutiva tras derrotar al conjunto compostelano por 75-68.

Undécimo triunfo en el balance global que se anota el equipo de Jaka Lakovic y con ella coge un colchón de dos victorias respecto al noveno clasificado, el Valencia Basket, que cayó frente al Unicaja y por ende tampoco permite a los insulares recortar a los malacitanos, que suman trece en su casillero.

El partido se resolvió en apenas sesenta y ocho segundos, los que tardaron Albicy, Shurna y Brussino en firmar ocho puntos para pasar del 67-63 al 75-63, insalvable para los gallegos a falta de un minuto y veintidós segundos. Precisamente el argentino fue el más destacado con 16 puntos en su tarjeta.

Y eso que Lakovic había avisado de que su equipo debía emplearse al 100% contra el Monbus Obradoiro para continuar en la senda de las victorias, bien se pudo reflejar con el papel del equipo gallego en la primera parte, en la que no le perdió de vista en ningún momento la vista al marcador a pesar de que Kassius Robertson, su mejor amenaza ofensiva y el segundo máximo anotador de la ACB con 17,8 puntos de media, no consiguiera anotar ni una canasta en juego y que finalmente solo pudo sumar cinco a su haber.

Tras veinte minutos disputados, Andrew Albicy hizo un trabajo magnífico sobre el exterior de Moncho Fernández y solo le dejó lanzar en tres ocasiones. Una garrapata en defensa que se multiplicó en brillo gracias a que el parisino estuvo excelso en la canasta rival con 10 puntos en su haber, además de repartir dos asistencias a sus compañeros para alcanzar el 39-32 en el marcador con el que irse a los vestuarios.

Anteriormente, el tanteador no se despegó en más de seis puntos, los que firmó Olek Balcerowski con el 15-9 en el ecuador del primer cuarto. Entonces ambos contendientes se estaban midiendo el lomo entre tanto toma y daca, en el que la conexión entre el polaco y Nico Brussino tiraban del carro para los claretianos.

Sin embargo, desde esa máxima momentánea que consiguió el Granca, los plomos se le fundieron en defensa y los santiagueses encontraron una grieta factible en la pintura insular con la que endosar un parcial 0-13 en el que el argentino Fernando Zurbriggen se echó el equipo a la espalda dada la concentración puesta sobre Robertson. El sudamericano, en apenas cinto minutos jugados alcanzó ocho puntos y dos recuperaciones antes de que se llegara al pitido del descanso.

Fernández había dado con la tecla para saber cómo competir aunque su estrella no estuviera enchufada en la primera parte. A pesar de ello, Lakovic vio que no tenía que mandar todas sus naves a por un solo jugador y le dio las llaves a Khalifa Diop para que el juego se centrase en la pintura. Con el senegalés on fire, autor de nueve puntos en la primera mitad y machacando el aro a su antojo y moviendo la bola a un Albicy acertado desde el exterior, los claretianos volvieron a coger la delantera hasta el 39-32 con el que encarar la segunda mitad.

Necesitados de los exteriores

A la vuelta de vestuarios el Gran Canaria entró en una encrucijada consigo mismo. No sabía muy bien a qué dedicarse. Si intentar potenciar a AJ Slaughter y Vítor Benite, casi inéditos en la primera parte, o continuar con el trabajo que les había mantenido por delante en el tanteador en los primeros veinte minutos. Una moneda al aire en el que el espíritu de equipo le jugó una mala pasada a los insulares.

Porque si le cayeron balones a los jugadores exteriores con los que intentar superar las zonas momentáneas que aplicaba Moncho Fernández para intentar cortar la sangría de puntos, el nivel de acierto desde el triples seguía dejando que desear. Salvo un lanzamiento convertido por Benite, casi de forma cómica al quitarse el balón de encima en el último segundo y otro anotado por Brussino liberado en la esquina, el juego claretiano arrojaba dudas (dos de seis en triples).

En ese terreno pantanoso aprovechó el rival gallego para ir sumando poco a poco, de tal manera que hasta Kassius Robertson vio por primera vez como el balón bajaba por la red en el minuto 28, una canasta que significaba el 49-50 y con el que el Obradoiro volvía a tomar la delantera muchos tiempo después.

Aun así, la contienda continuó en dominio insular con la reacción comandada por Damien Inglis antes de finalizar el cuarto y escuchando las órdenes de Lakovic de intentar jugar por dentro. En la pintura residía la fortaleza local y desde las ventajas obtenidas sería cuando sí podían explotar el juego exterior.

La continuación del último cuarto siguió la misma senda en la que los dos contendientes iban sumando por pequeños parciales. La comba se imponía y hasta que no quedó dos minutos y medio para la conclusión del choque no fue cuando el Granca pudo ponerle la puntilla al Obra en apenas sesenta y ocho segundos.

Ese fue el tiempo que transcurrió entre los dos tiros libres que anotó Andrew Albicy y las dos asistencias que dio el francés después de secar a un Robertson desquiciado para que Shurna y Brussino taladraran el aro gallego con sendos triples y pasar del 67-63 al 75-63 en un pestañeo que iba a dar el triunfo a los claretianos, solo maquillado con cinco puntos más del cuadro visitante.

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