Historias de la 'BMV'. Vandiver: "Gordito, corre, corre"

El expívot del Granca resalta la exigencia de Manolo Hussein

Morton: "En EEUU era un jugador normal y aquí era el Michael Jordan español"

Burditt: "Mis compañeros se morían por anotar y yo por evitar que anotaran nuestros rivales"

Santiago Icígar

Santiago Icígar

Sorpresa mayúscula la que se han llevado en su regreso a la Isla los integrantes de la BMV, Albert Burditt, John Morton y Shaun Vandiver, con el impacto que ha tenido su vuelta por la celebración del 60º aniversario entre los aficionados del Dreamland Gran Canaria. «Ni en mis sueños más remotos podía imaginarme que toda la gente que me quería en aquel momento me iba a seguir queriendo tantos años después, y eso es lo más especial de esta experiencia», afirmó emocionado Albert. Por su parte, John reconoce que, hasta cierto punto, era consciente del cariño que había dejado en la Isla, «pero no de lo que signifiqué en su momento para el club». «Cuando me retiré y empecé a enseñar a chicos jóvenes en la Universidad, me di cuenta que ése es el motivo por el que uno juega al baloncesto, para dejar un legado. Cuando veo que el equipo está arriba o gana algún título, eso es fruto de un movimiento que nosotros empezamos en la ACB, y eso es algo difícil de explicar», analizaba el del Bronx. Mientras, Vandiver lo tiene claro: «El Granca es parte de mi corazón y de mi sangre».

Para Burditt, el club claretiano fue su «primer equipo profesional en Europa». Tras recibir la oferta amarilla, solo le bastó con buscar información sobre su posible destino para aceptar. La cuestión climática resultó determinante para Morton, que recuerda entre risotadas que el curso anterior había jugado en «el Huesca y allí hacía bastante frío». En el caso de Vandiver. recuerda que venía de vivir «un mal año en Italia y mi agente me ofreció la oportunidad de venir». Aquí se topó con la exigencia del por entonces técnico del Granca, Manolo Hussein: «No estaba loco, pero era muy estricto y durante la primera semana me gritaba 'gordito, corre, corre', pero la segunda semana ya me dijo que era un buen jugador».

El espíritu de ‘La Roca’

Si hay un cambio entre el Granca que dejaron y el que se han encontrado, más allá de los trofeos de campeón de la Eurocup y de la Supercopa, la tripleta estadounidense destaca el cambio de escenario de los partidos. El misticismo del Centro Insular, La Roca, ha dejado paso a la espectacularidad del Arena. Para Morton, no hay color: «El ambiente que se formaba en un pabellón tan pequeño, con la afición muy metida encima, era genial para nosotros y no tanto para los rivales. El Arena es increíble, pero el ambiente no es igual al del Centro Insular. Nunca olvidas a tu primer amor». 

En la misma línea que su compañero, Vandiver reconoce que en la instalación de la Avenida Marítima «la energía era diferente». «Era un pabellón más pequeño, más emocionante, pero la vida del baloncesto actual busca pabellones más grandes y espectaculares».

Además del misticismo de La Roca, Burditt no encuentra demasiados paralelismos entre el Granca de su época y el actual: «En los 90, el equipo en el que jugábamos los tres, ponía mucha pasión y determinación. En el partido del domingo ante el Valencia en algunos momentos no se vio esa determinación salvo en ciertos momentos», analizaba. Tampoco encuentra ningún jugador en la actual plantilla claretiana que se asemeja ninguno de los integrantes de la BMV, al tiempo que recuerda que, en su caso, lo que le hacía diferente a los demás era que «mientras otros compañeros estaban centrados en anotar puntos, yo me focalizaba en evitar que anotaran mis rivales, y eso me hizo ser grande en mi carrera».

John Morton recuerda con un brillo en los ojos los partidos memorables con la elástica claretiana en los que entraba en trance para anotar 40 puntos: «En su momento no me daba cuenta, pero con el tiempo me di el permiso de no ser tan humilde, sentarme y reflexionar viendo los partidos que jugué en Gran Canaria, que han sido una bendición. Recuerdo meter muchos puntos en muchos partidos ante rivales grandes que parecían imbatibles, y con el esfuerzo colectivo y el mío propio logramos ganar partidos de mucho mérito. En Estados Unidos era un jugador normal, pero en España me convertí en leyenda, en el Michael Jordan español, gracias a la confianza que me brindó el club».

El banquillo amarillo

Vandiver, quien actualmente está entrenando en la Universidad de Wyoming, afirma que le gustaría «tener una oportunidad para poder entrenar en Europa», siendo el Granca su principal preferencia, si bien deja claro que «no se trata del Granca o nada»; ve en la ACB, que para él es «la mejor liga de Europa», la puerta de entrada al Viejo Continente. «Ahora el equipo tiene en Jaka Lakovic a un gran entrenador y con futuro». Entre los técnicos que le han marcado en su carrera destaca a «Txus Vidorreta, Pablo Laso y Sergio Scariolo».  

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